Forbes Uruguay
estres financiero
Innovacion

Epigenética y trauma financiero: cómo juegan los genes y el inconsciente en tu manejo del dinero

Rahkim Sabree

Share

Las marcas del estrés económico no siempre vienen de experiencias propias. A veces se arrastran desde la infancia o incluso antes, sin que uno lo sepa. La ciencia ya empieza a explicar por qué ciertas reacciones ante el dinero parecen venir de lugares más profundos que la memoria.

7 Agosto de 2025 16.30

El trauma financiero generacional tiene que ver con una herencia que no siempre se ve, pero se siente. Es una carga física, psicológica y emocional que se transmite de generación en generación, marcada por el estrés y la ansiedad que vivieron nuestros padres, abuelos o bisabuelos en relación con la plata. Aunque uno no haya vivido esas situaciones en carne propia, los efectos se arrastran igual. A veces se suman a los traumas de la propia vida.

Muchos de los mandatos que seguimos sobre el dinero vienen de lo que vimos, escuchamos o sentimos cuando éramos chicos. Frases como "la plata es la raíz de todos los males" o "los bancos te van a robar si guardás mucha plata ahí" no aparecen de la nada: son ideas que se metieron en la cabeza por lo que contaban o hacían nuestros papás o nuestros abuelos.

En mi próximo libro Overcoming Financial Trauma: How to Break Free From Guilt, Build Wealth, and Redefine Success (Wiley, 2025), retomo lo que conté en mi charla TEDx de 2019. Ahí hablo del sentimiento de "aspirar a ser pobre", que me nació por cómo veía que se manejaba la plata en casa. No fue algo que alguien me dijera directamente, ni una orden. Fue más bien una reacción de supervivencia, algo que se me metió adentro sin darme cuenta y que con el tiempo se transformó en una idea que parecía lógica y hasta deseable.

Eso abre una discusión que durante años se planteó como naturaleza versus crianza. O sea, si uno es como es por genética o por lo que vivió. Y aunque el trauma financiero generacional suele analizarse por cómo influye en nuestras actitudes y creencias sobre la guita, pocas veces se lo mira desde un costado más físico, más corporal.

Lo que la epigenética dice sobre el trauma financiero

La epigenética estudia cómo el entorno puede influir en la forma en que se expresan nuestros genes, sin necesidad de modificar el ADN. Cuando investigadoras como Rachel Yehuda empezaron a meterse de lleno en el vínculo entre el trauma y la expresión génica, encontraron algo que sorprendió incluso a la ciencia: vivir en un entorno marcado por el estrés —como el que genera la ansiedad por la falta de plata o la presión de la pobreza— puede dejar huella en el cuerpo. Y no solo en quien lo sufre, sino también en sus hijas, hijos y nietos.

Genómica, ADN, genes, estudios
La epigenética estudia cómo el entorno puede influir en la forma en que se expresan nuestros genes, sin necesidad de modificar el ADN.

Aunque los estudios sobre trauma no se enfocan específicamente en lo financiero, abren una puerta totalmente distinta para entender el trauma financiero generacional. Esta mirada respalda la idea de que no se trata solo de creencias o actitudes que arrastramos, sino también de respuestas biológicas que heredamos. Por ejemplo, una mayor sensibilidad al estrés vinculado al dinero, niveles de cortisol alterados o una actitud de hipervigilancia constante frente a las finanzas, incluso sin haber vivido el trauma original. Lo más fuerte de todo esto es que la herencia epigenética no necesita relatos ni modelos a seguir. Solo necesita que las generaciones anteriores hayan estado expuestas al estrés.

Cuando hablo de trauma financiero con algunas personas, no faltan las respuestas del tipo: "¡Yo no pasé por eso!" o "Por suerte, nunca viví un trauma financiero porque, de chico, en casa siempre hubo plata". Esas frases reflejan dos ideas equivocadas que hay que desterrar si queremos hablar en serio sobre bienestar y educación financiera:

  • Primero, que el trauma financiero solo afecta a quienes tienen pocos recursos o viven en la pobreza.
  • Y segundo, que tener plata alcanza para quedar a salvo de los efectos del estrés heredado.

Estos mitos siguen haciendo daño de varias formas. Por un lado, se celebra cuando las respuestas al estrés se traducen en conductas relacionadas con la plata entre quienes tienen ingresos altos. Por otro, se castiga o estigmatiza cuando esas mismas respuestas aparecen en personas con menos recursos. Además, muchas veces se usa la educación financiera como una herramienta cargada de culpa y vergüenza contra quienes cargan con un trauma financiero generacional, sin importar si eso viene por herencia o por lo que les tocó vivir.

Esto también deja en una situación vulnerable a muchas personas con ingresos altos que cargan con un trauma financiero. Aunque en los papeles parezca que hicieron todo bien, sienten culpa o vergüenza porque no entienden por qué repiten ciertos ciclos. Tienen plata, sí, pero no tienen las palabras para explicar lo que les pasa.

Cómo el trauma financiero generacional se mete en tu vida

El trauma financiero generacional puede aparecer tanto en lo psicológico como en lo físico, aunque suele notarse más en la cabeza que en el cuerpo. Por cómo fuimos criados en relación con la plata y por la sobreestimulación constante que ya se volvió parte del día a día, muchas veces pasamos por alto cómo reacciona el cuerpo ante una amenaza —real o imaginaria— vinculada al dinero. Sentir una opresión en el pecho al tomar decisiones de gasto o reaccionar con demasiada intensidad ante un problema financiero son respuestas físicas bastante comunes de la ansiedad.

Manos De Padre E Hijo Juntas
 Lo más fuerte de todo esto es que la herencia epigenética no necesita relatos ni modelos a seguir. Solo necesita que las generaciones anteriores hayan estado expuestas al estrés.

Pero no termina ahí. La expresión epigenética puede modificar esas reacciones: desde alterar cómo se expresa el receptor del cortisol hasta hacer que tengamos menos tolerancia al estrés o que nuestras respuestas sean desmedidas frente a cualquier desafío económico. Y todo eso puede venir tanto de uno como de lo que vivieron generaciones anteriores. El resultado: muchas veces uno busca alivio con decisiones financieras que se consideran malas, pero que en realidad son una forma de lidiar con algo más profundo.

En lo psicológico, el trauma financiero heredado puede verse como una mentalidad de escasez, culpa por tener éxito económico o una relación obsesiva con la plata, usada como una herramienta de control o validación personal.

 Por qué no hablamos del trauma financiero generacional

Lo cierto es que, a medida que se empieza a hablar más del trauma financiero, las discusiones sobre el trauma financiero generacional también ganan espacio. Pero casi siempre se lo enfoca desde la pobreza o las dificultades económicas. Esto deja afuera una parte importante del problema.

Además, reconocer el impacto epigenético abre la puerta a una conversación más profunda: cómo el trauma racial e institucional influyó —y sigue influyendo— en la situación económica de los descendientes de pueblos explotados. Un ejemplo claro: los africanos esclavizados durante la fundación de Estados Unidos y cómo eso repercute hoy. Si bien los estudios sobre trauma epigenético e intergeneracional todavía están en desarrollo, el cruce entre esas investigaciones y lo que sabemos sobre finanzas conductuales —y cómo se enseña educación financiera— aparece justo a tiempo. Y tiene mucho para aportar.

También puede haber un tabú entre quienes tienen ingresos altos cuando se trata de revisar el impacto del trauma financiero que arrastran desde generaciones anteriores. Muchas veces pesa el orgullo de haber "escapado" de ese pasado, como si la plata los hubiera blindado. Pero conviene insistir en algo clave: tener dinero no alcanza para quedar a salvo del trauma financiero, que puede aparecer de muchas maneras distintas y colarse en todos los niveles sociales.

 

*Con información de Forbes US.

10