"Esta máquina no es inteligente, no se confundan". Lejos de vender espejitos de colores, Nicolás Jodal dedicó buena parte de su charla ante unos 200 empresarios a derribar varios mitos en torno a la inteligencia artificial (IA). Explicó que dista de ser un cerebro, que no es inteligente, "es medio chanta" y se parece a un "loro estocástico". Aun así, alentó a todos a sacar el máximo provecho de ella: "Dejen de usar Google y empiecen a usar herramientas de IA para buscar información".
La animada charla del cofundador y CEO de Genexus, organizada por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), tuvo algunas frases difíciles de digerir. "La gran perdedora es la verdad" fue una de ellas. También dejó varios consejos prácticos sobre cómo interactuar y cómo no con la IA, porque hacerlo ya no es una opción: "Los nativos de IA van a tener una ventaja en las organizaciones", advirtió el experto.
Resumió el camino de adopción en tres dimensiones: "Vamos a empezar haciendo preguntas a asistentes. Vamos a ir cambiando los sistemas. Y, al final del día, vamos a automatizar back office con agentes".
Una "bicicleta" para la mente
Jodal explicó que la IA es una máquina estadística que responde de forma fluida agregando palabras en función de cálculos de probabilidad, pero no comprende el significado del lenguaje que procesa. Por eso la llamó "loro estocástico". De todos modos, dijo que es una muy poderosa "bicicleta para la mente", especialmente valiosa en organizaciones que trabajan con mucho texto.
"Es una enorme revolución en torno al texto y trae una forma muy eficiente de trabajar", dijo.
Una de las aplicaciones clave de la IA es como asistente para revisar textos y documentos. Puso como ejemplo el trabajo de los jueces al elaborar una sentencia, donde lo que importa es el 10% final del texto. El otro 90% es resumir "no sé cuántas carpetas" sobre el caso.

Si bien hay muchas opciones de asistentes de IA, como ChatGPT, Gemini, Claude y Grok —esta última divierte bastante a Jodal—, el empresario remarcó que por motivos de seguridad de la información las empresas deben tener herramientas propias ("enterprise AI").
Conversaciones más fluidas
Reconvertir los actuales sistemas de las organizaciones es otra de las grandes aplicaciones de la IA. "La nueva generación de sistemas va a ser diferente, nos estamos moviendo hacia interfaces de conversación", destacó Jodal. Como ejemplo, puso la forma en la que alguien entra a un sistema ERP pasa saber cuánto debe un determinado proveedor. Antes, el usuario tenía que buscar esa información "en 3.200 pantallas"; ahora, el sistema con IA puede recibir esa intención del usuario y mostrarle la pantalla que necesita.
Jodal también mencionó todas las posibilidades de potenciar las conversaciones e interacciones con los clientes. En este sentido, dijo: "El chatbot que está muerto es el que te dice: si perdió su tarjeta seleccione 1". La IA permite tener una interacción mucho más fluida a partir de los planteos de los usuarios.
Ni para cálculos ni para diagnósticos
Aunque pueda ser tentador recurrir a la IA para todo, existen algunas restricciones a considerar. Los Large Language Models "son horribles con los números", advirtió Jodal. "Pueden responder que 2 más 2 es 4 porque lo vieron en algún lado, pero no saben el algoritmo", afirmó. Desaconsejó usarlos para cualquier cuestión numérica. Mucho menos, como asesores de inversión.
"El problema es que le pedís el consejo y te lo va a dar, pero las apps de consumo como ChatGPT están hechas para agradar, no para responder la verdad. Con tal de agradar te va a decir comprá tal acción que va a andar bárbaro, pero no tiene ni idea", advirtió Jodal.
Fue categórico también al referirse al eventual rol de la IA como sustituto de un médico: "No quiero que me haga un diagnóstico ni de cerca".
Crear agentes para automatizar
La IA puede ser "alguien que haga cosas por mí´" o, en otras palabras, "un agente que resuelva muchas tareas de una forma mucho más sofisticada". Y automatizada

.Jodal brindó un caso muy común en los supermercados, que suelen hacer ofertas una vez por semana. "Estas empresas tienen un montón de gente en el backoffice dedicada a resolver que los productos en oferta están registrados en la base de datos para e-commerce. Cuando no lo están se arma un problema", contó.
En esos casos, el empleado llama al comprador y le pregunta cuál es la heladera que debe ingresar a la base. En la mayoría de los casos, es derivado con el proveedor. Le manda un mail y éste le envía el folleto. "Lo tiene que leer, traducirlo y generar eso en la base de datos. Todo ese proceso hoy se puede hacer automáticamente con un agente de IA que mande esos mails y consiga toda la información. Y el proveedor nunca se va a enterar que no estaba hablando con un humano", dijo Jodal.
El CEO de Genexus alentó a los empresarios: "Vuelvan a sus empresas y miren dos cosas: qué datos tienen, qué texto tienen y quién está trabajando en el back office".
No es tu "amigaza" y dice "chantadas"
Una de las hijas de Jodal se dirige a su asistente de IA como "amigaza". "Si ganan los robots, que quede claro que yo la trataba bien", le dice a su padre como justificación. Pero él se lo desaconseja: "No la trates como a una persona, Agustina. No saludás a la licuadora". El estilo de interacción de Jodal con la IA es el opuesto. Él le pide expresamente: "Respondéme formal, claro, y no quiero que me agrades".
No es un amigo y tampoco es de fiar. "Escribe bien y fluido, pero alucina". El público, no tan familiarizado con este término bastante conocido entre ingenieros, soltó una fuerte risa. "Hay que saber cómo manejarla y controlar las alucinaciones", continuó Jodal. Explicó que para controlar esos errores es necesario contratar a un experto.
"Es una máquina espectacular, pero siempre está la posibilidad de que diga alguna chantada", sintetizó.
Las preguntas importan mucho
"Lo que importa es el pensamiento crítico, no ChatGPT", subrayó Jodal. El ingeniero dijo que es importante "saber cómo preguntar".

Una vez, junto al CTO de Genexus, Gastón Milano, preguntaron a la IA por un tema de actualidad y, al notar que la respuesta era falsa, le repreguntaron: "¿De dónde sacaste que Jorge Larrañaga tiene un título falso?". "Entonces, te dice 'mis disculpas' y te deja re caliente", narró Jodal, entre risas del público.
"Esto es muy parecido al tema de la calculadora: está muy bien saber hacer las cuentas, pero ya no vale para nada porque lo hago con una planilla electrónica o lo que sea. Esto es lo mismo. Escribir ya o es tan relevante, pero tener la capacidad de saber qué es cierto y qué no es cierto es cada vez más relevante. El pensamiento crítico es sustancial", comparó.
Aunque dijo que "la gran perdedora es la verdad", Jodal fue optimista por las nuevas generaciones. "Ante las noticias fáciles, cuanto más jóvenes, más asumen que es falso". De todos modos, alentó a que la educación cambie la forma de evaluar: "En vez de pedir un ensayo sobre Robespierre, hay que darle al estudiante qué dice ChatGPT sobre Robespierre y que averigüe si es verdad". Su charla se realizó en el aula magna de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).
Potenciar la creatividad... y la "cumbia villera"
Una de las numerosas preguntas del público fue: ¿La creatividad humana se está devaluando al trabajar con IA? "No, al contrario, la potencia. Muchas veces se te ocurren ideas. Llevarlas a la práctica es complicado, pero con esto es muy fácil. Crear un documento o presentación a partir de la idea es muy fácil. Creo que es al revés: va a potenciar la creatividad", respondió Jodal.

Sin embargo, más adelante advirtió por las consecuencias que esta mayor facilidad para crear traerá en algunas industrias, como la audiovisual.
"Hacer una película va a ser cada vez más fácil, entonces vas a tener cada vez más películas basura. Cuando algo se hace abundante, el contenido baja en calidad. Cuando poca gente hacía música, teníamos a Beethoven y Bach, cuando cualquiera puede hacer música tenemos la cumbia villera. El contenido de calidad va a ser difícil de encontrar", sentenció.