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La "mirada de la Generación Z": qué significa y por qué los empleadores no pueden permitirse ignorarla

Bryan Robinson, Ph.D.

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Esta expresión enigmática, muchas veces leída como desinterés o altanería, en realidad dice mucho sobre las nuevas formas de vincularse, comunicarse y trabajar. Lo que para algunos parece desconexión, para otros es otra manera de estar presentes.

16 Agosto de 2025 10.00

La generación Z viene recibiendo mucha atención en los medios. En el trabajo, genera ruido con lo que algunos llaman "la mirada de la generación Z". Se trata de una expresión larga, vacía y difícil de leer en distintas situaciones sociales. Aunque muchos la reducen a una cara boba o desinteresada, especialistas advierten que esa lectura es superficial. Dicen que se está interpretando mal a esta generación.

Según los expertos, la "mirada de la generación Z" refleja algo más profundo, con más peso que lo que muestra la superficie.

¿Qué es la "mirada de la generación Z"?

Hace poco, una joven de esta generación me sirvió un café en Starbucks. Me llamó la atención su mirada: fija, como de zombi, difícil de descifrar. Por suerte, ya había escuchado hablar de esta tendencia que explotó en TikTok. Esa expresión vacía viene apareciendo en reuniones de trabajo y en interacciones cotidianas con clientes.

Los críticos suelen apuntar contra esa cara, sacando conclusiones rápidas sobre lo que significa: aburrimiento, indiferencia, altanería, juicio o directamente estupidez. Incluso hay quienes la describen como una mirada asesina. Quizás el deterioro en la imagen de la generación Z alimente esas interpretaciones negativas. En los últimos años, se los tildó de conflictivos o difíciles de manejar. Muchos jóvenes están dispuestos a dejar un trabajo si no garantiza equilibrio entre la vida personal y laboral o una cultura de trabajo sana. También esperan ascensos en plazos cortos, de un año o menos.

A veces, las críticas que reciben resultan demasiado duras y sesgadas. Para los expertos, esa mirada vacía en situaciones donde se espera una respuesta verbal dice mucho sobre cómo cambió la cultura laboral, las diferencias de comunicación entre generaciones y el distanciamiento cada vez mayor entre la generación Z y las normas de oficina tradicionales.

Hablé con Joe Galvin, director de investigación de Vistage, quien me dijo que esa mirada fija muchas veces se interpreta mal. "Puede parecer desapego, falta de interés o hasta un gesto de desafío. Pero, al igual que otras tendencias como la 'renuncia silenciosa', la 'mirada fija de la generación Z' es más que una palabra de moda en internet; no es un problema nuevo, pero sí muy extendido, que refleja un conflicto mayor en el trabajo de hoy: una desconexión generacional cada vez más marcada en la comunicación y en lo que esperan empleados y empleadores", explicó Galvin.

Las generaciones más jóvenes se vinculan con el trabajo de otro modo. Durante la pandemia, las pantallas reemplazaron el contacto cara a cara. La generación Z se quedó sin interacciones sociales clave en momentos decisivos de su desarrollo. Por eso, algunos especialistas creen que muchos jóvenes no aprendieron a charlar con naturalidad o a relacionarse con desconocidos.

De hecho, esa expresión congelada se parece a la reacción de "freeze", el tercer tipo de respuesta al trauma, como un ciervo encandilado. En cierto sentido, esa mirada puede leerse como una discapacidad social, producto de la falta de vínculos reales durante los años formativos de la generación Z.

Manejo y comunicación a empleados
La "mirada de la generación Z" puede leerse como una discapacidad social, producto de la falta de vínculos reales durante los años formativos.

Galvin sostiene que esa expresión facial es una señal sutil de una generación criada entre pantallas, estímulos rápidos y comunicación online. "Para muchos jóvenes de la generación Z, el contacto visual constante no siempre representa atención, como sí podría hacerlo para colegas de más edad", explicó. "Lo que un gerente de la generación Baby Boomer o de la X interpreta como desinterés, puede ser, en realidad, la manera en que la generación Z demuestra que está prestando atención", agregó.

Sujay Saha, presidente de Cortico-X, piensa lo mismo. "La generación Z entró al mercado laboral en un momento marcado por las pantallas, el aislamiento social y la comunicación remota. Las empresas hoy tienen que cerrar esa brecha de experiencia con procesos de incorporación y acompañamiento que prioricen la empatía, no el juicio", me dijo.

Por qué los empleadores tienen que entender la "mirada de la generación Z"

Atención, empleadores. Es fácil malinterpretar esa mirada en el trabajo, pero sacar conclusiones sin tener pruebas puede dañar a quien la recibe. Acá aplica el dicho de siempre: no hay que juzgar un libro por su tapa. La "mirada de la generación Z" es apenas otro ejemplo de cómo se subestima a esta camada joven, con interpretaciones erradas que parten de ideas viejas y prejuiciosas.

Galvin recomienda a los líderes dejar de lado los juicios rápidos y mirar más a fondo cómo interpretan el comportamiento de su equipo. "¿Están realmente desconectados o los líderes siguen anclados a viejas ideas sobre cómo debe verse la atención o el compromiso?", se preguntó. "Igual de importante es pensar si están creando un ambiente que de verdad permita la comunicación entre distintos estilos y generaciones", añadió.

Galvin cree que el verdadero problema está en la distancia cada vez mayor entre cómo cambiaron los comportamientos de los empleados y las normas laborales que siguen igual. En un mundo del trabajo con varias generaciones conviviendo, ya no existe una única forma de mostrar compromiso. "Malinterpretar el lenguaje corporal o los modos de comunicarse puede provocar confusión, frustración innecesaria y hasta hacer que se pierdan oportunidades valiosas para conectar", advirtió.

Saha insiste en que los empleadores tienen que entender cómo llegar a la generación Z. Propone usar observación directa: mirar, por ejemplo, cómo interactúan los jóvenes empleados de un restaurante con clientes de su misma generación. Eso, dice, puede ayudar a detectar qué entienden ellos por una interacción genuina, tanto desde el rol de empleado como de cliente. A partir de ahí, se puede armar un programa de capacitación más ajustado a ese estilo.

Saha también plantea que es necesario dejar de estigmatizar a esta generación en el trabajo. "En vez de decir que no tienen rumbo o propósito, o que cuesta trabajar con ellos porque son menos leales y más exigentes, hay que cambiar la conversación. Hay que tratar de entender cómo su contexto particular puede ser una oportunidad para que las empresas se transformen", afirmó.

Mundo laboral, Salud mental, Acoso
Saha  plantea que es necesario dejar de estigmatizar a la generación Z en el trabajo. 
  • La generación Z valora la autenticidad y tiene estándares altos con las marcas que elige y apoya. Entonces, ¿cómo hacemos, como organización, para estar a la altura de esa exigencia?
  • No se sienten cómodos con estructuras jerárquicas. ¿Cómo podemos crear modelos de trabajo colaborativo, donde puedan participar y sentirse parte del proceso sin importar su rol dentro de la empresa?
  • Son impacientes. ¿Cómo diseñamos modelos de trabajo ágiles, que permitan probar, aprender y volver a intentar rápido?
  • Se apoyan mucho en sus pares y en las redes sociales. Ese mismo comportamiento puede servirle a las empresas para potenciar su estrategia de marketing digital con mayor fuerza.

Para Galvin, los trabajadores jóvenes se sienten más cómodos en lugares donde se prioriza la autenticidad, la flexibilidad, la transparencia y un propósito compartido. "Buscan mentoría, no que los controlen todo el tiempo. Quieren un trabajo que tenga sentido, no solo un sueldo", afirmó. "Si quieren conectar con la generación Z, los líderes tienen que fomentar un diálogo abierto, dejar claras las expectativas y estar dispuestos a cambiar su manera de liderar a medida que los más jóvenes se suman y suben de puesto", sostuvo.

En los medios, la "mirada fija de la generación Z" se convirtió en blanco de burlas. Algunos la ridiculizan como un estado catatónico, incluso la imitan con gestos exagerados, como pasó con la parodia del "staring trend" del año pasado. Es común reírse de lo que no se entiende. Sin embargo, los especialistas coinciden: los empleadores no pueden darse el lujo de malinterpretar ni prejuzgar a la generación que, en 2030, va a liderar el mundo del trabajo.

*Con información de Forbes US.

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