En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, la consultora Voices y la red internacional WIN (Worldwide Independent Network of Market Research) difundieron los resultados de su encuesta sobre salud mental y bienestar emocional. El estudio recogió las opiniones de 35.515 personas en 40 países. Los datos revelan cómo el estrés, la preocupación y el cansancio afectan a distintos grupos sociales y marcan algunos de los principales desafíos vinculados al estado emocional en todo el mundo.
Principales hallazgos
A medida que el mundo enfrenta inestabilidad, presiones económicas y un rápido cambio social, la salud mental está emergiendo como uno de los desafíos globales más urgentes. El 62% de los encuestados a nivel global reportan experimentar con frecuencia estados de ánimo negativos, incluyendo preocupación, estrés, cansancio, tristeza y soledad.
Los países que con mayor frecuencia declararon haber experimentado estos estados de ánimo fueron Filipinas (85%) y Pakistán (84%). En el extremo opuesto, Indonesia (24%) y Vietnam (22%) se destacan como las naciones donde menos personas manifestaron haberse sentido afectadas.
En América Latina, Paraguay (68%) y Chile (67%) son los países donde más personas reportan sentirse con frecuencia afectadas por estados de ánimo negativos. Brasil (64%), Argentina (63%), Ecuador (62%), México (60%) y Perú (59%) está en línea con la media mundial (63%).
Argentina se encuentra alineado al promedio global, con un 63% que manifiesta haber sentido con frecuencia estados de ánimo negativos. Dentro de este grupo, los datos revelan cifras preocupantes: 7 de cada 10 mujeres y más de la mitad de los hombres aseguran haber atravesado este tipo de sensaciones negativas de forma recurrente.
Al igual que en el resto del mundo, los jóvenes en Argentina son el grupo más afectado: el 71% de las personas de entre 18 y 24 años reporta haber experimentado estos estados con frecuencia. Se observa una tendencia decreciente: a medida que aumenta la edad, disminuye la frecuencia con la que se reportan estados de ánimo negativos, llegando al 55% entre el grupo de 55 a 64 años y 52% entre los mayores de 65 años.
Sentimientos negativos en particular
Las personas encuestadas a nivel global señalaron sentirse más afectadas por el cansancio (37%), la preocupación (33%) y el estrés (32%). En Argentina se observa un patrón similar, aunque con un orden distinto: en primer lugar, aparece la preocupación (36%), seguida por el estrés (33%) y, en tercer lugar, el cansancio (32%).
En la encuesta se les preguntó a los participantes: "En los últimos 30 días, ¿con qué frecuencia experimentó el siguiente estado?", con opciones de respuesta que incluían "siempre", "con mucha frecuencia" y "regularmente".
Preocupado/a
Globalmente el 33% de los encuestados manifestó haberse sentido preocupado/a con frecuencia en los últimos 30 días.
En Argentina, un 36% lo hizo de igual manera, un 41% a veces y un 22% rara vez o nunca. Las mujeres argentinas se muestran más preocupadas (43%) que los hombres (28%). Por edad, los niveles más altos se ubican en los adultos jóvenes y de mediana edad (25-64 años, 38%), mientras que los jóvenes (18-24 años) y mayores de 65 registran 31% y 33%, respectivamente.
Hay diferencias entre niveles socioeconómicos, crece algo la frecuencia en el nivel bajo (39%), mientras que disminuye fuertemente en el nivel alto (29%), siendo el ítem que más varía. En el nivel medio la preocupación de los argentinos está en línea con el promedio general (36%). En cuanto al nivel educativo, la preocupación frecuente disminuye con la formación: primaria 38%, secundaria 36%, nivel superior 33%.
Cansado/a o con falta de energía
A nivel global, el 37% de las personas manifestó sentirse cansado/a o con falta de energía con frecuencia.
En Argentina, esta proporción es menor (32%), mientras que el 41% dijo sentirse así a veces y el 26% rara vez o nunca. 4 de cada 10 mujeres se sintieron cansadas con frecuencia en el último mes, se ubica ocho puntos por encima del promedio. Entre los hombres, en cambio, la cifra cae al 24%, ocho puntos por debajo de la media nacional. Los más jóvenes presentan mayores niveles de cansancio: 37% entre 18-24 años y 36% entre 25-34 años. La proporción disminuye con la edad, llegando a 26% en los mayores de 65.
También se evidencian algunas diferencias entre niveles socioeconómicos, con los de menor NSE reportando sentirse cansados con mayor frecuencia (crecen algo las menciones a un 35%), y los de NSE alto con menor padecimiento de cansancio (29% lo sufre con frecuencia). Por zona, CABA registra el mayor porcentaje de cansancio frecuente (37%), mientras que GBA e Interior se alinean con el promedio nacional (34% y 31%).
Dificultades para dormir
En el mundo, el 28% de los encuestados dijo haber tenido dificultades para dormir con frecuencia.
En Argentina, el 26% manifestó lo mismo, el 36% a veces y el 37% rara vez o nunca. Las mujeres presentan un mayor porcentaje (28%) que los hombres (23%). Los jóvenes son los más afectados: 32% entre 18-24 años y 28% entre 25-34, mientras que la mitad de los mayores de 65 afirma no haber tenido dificultades para dormir. Por zona, los resultados se alinean al promedio, destacándose el Interior con mejor descanso (38% que nunca o rara vez tuvo dificultades).
Abrumado/a
A nivel global, el 24% de los encuestados manifestó sentirse abrumado/a con frecuencia.
En Argentina, la cifra que indica frecuencia esta alineada al promedio mundial (23%), mientras que el 34% lo siente a veces y el 40% rara vez o nunca. Las mujeres (28%) presentan mayor frecuencia que los hombres (18%). El grupo de 25-34 años supera el promedio nacional con 31%. El nivel socioeconómico y las zonas se alinean con la media del país.
Tristeza, vacío o depresión
El 22% de los encuestados a nivel global manifestó haber sentido tristeza, vacío o depresión con frecuencia.
En Argentina, la proporción se ubica en 21%, el 30% a veces y el 48% rara vez o nunca. Las mujeres alcanzan 25% y los hombres 18%. El grupo de 25-34 años es el más afectado (28%). Hay diferencias notorias por nivel socioeconómico. Mientras el padecimiento con frecuencia de este estado negativo alcanza a 3 de cada 10 entre los de nivel socioeconómico bajo (26%), disminuye a 16% en el nivel alto, y a 19% en nivel medio. Por zona, CABA y GBA presentan los porcentajes más altos (28% y 29%).
Irritable o de mal humor
Globalmente, el 23% de las personas se siente irritable o de mal humor con frecuencia.
En Argentina, la cifra se alinea (22%), mientras que el 35% lo siente a veces y el 42% rara vez o nunca. Las mujeres registran 26% y los hombres 17%. La irritabilidad disminuye con la edad y con el nivel educativo: 18-24 y 24-34 son lo que mayor frecuencia reportan con 31% y 29% y baja a 13% entre los de 50 años y más; primaria 25%, secundaria 22%, nivel superior 17% CABA e Interior se alinean al promedio (23%), mientras que GBA presenta menor frecuencia (18%).
Solo/a
A nivel global, el 20% de las personas reportó sentirse sola con frecuencia.
En Argentina, el porcentaje está alineado (23%), el 25% lo siente a veces y el 51% rara vez o nunca. La sensación de soledad crece algo en los dos extremos etarios (25% entre los de 18 a 24 años y los de 65 años y más), y de forma más notable entre los de 25 a 34 años, alcanzando el 28% de menciones, mientras que disminuye en adultos de 50 a 64 años, con un 15%. La soledad es el único estado negativo en el que no se observan diferencias de género significativas.
Estresado/a
En el mundo, el 32% de los encuestados reportó sentirse estresado con frecuencia.
En Argentina, esta proporción se mantiene en línea (33%), mientras que el 34% dijo experimentarlo a veces y el 32% rara vez o nunca. Las diferencias por género son marcadas: el 41% de las mujeres indicó sufrir estrés con frecuencia, frente al 24% de los hombres. En otras palabras, 4 de cada 10 mujeres se sienten estresadas con regularidad, lo que las ubica por encima del promedio general, mientras que los hombres se posicionan por debajo.
Por grupo etario y nivel educativo, los niveles de estrés se mantienen en línea con el promedio nacional, sin variaciones significativas. En cuanto al nivel socioeconómico, las personas de nivel alto (ABC1) reportan menores niveles de estrés (28%), mientras que los segmentos medios (C2C3) y bajos (DE) se ubican igual al promedio, con 34% y 33% respectivamente. A nivel regional, CABA se destaca como la zona con mayor proporción de personas que afirman sentirse estresadas con frecuencia (39%), superando al promedio nacional. GBA y el Interior, por otro lado, se encuentran en línea con la media: 31% y 33% respectivamente.
En síntesis, en Argentina se observa que los segmentos más afectados son las mujeres y los jóvenes. Además, se evidencia que en todos los ítems evaluados la frecuencia de malestar disminuye entre las personas de nivel socioeconómico alto, especialmente en preocupación (donde el valor desciende 7 puntos) y en tristeza, vacío o depresión (donde baja 5 puntos).
En cambio, quienes pertenecen al nivel socioeconómico bajo reportan con mayor frecuencia casi todos los estados negativos, de forma particularmente marcada en tristeza, vacío o depresión, donde los valores se incrementan de manera notable. Si bien el país se mantiene en línea con los promedios globales, las brechas entre grupos son significativas.
Preocupación por la salud mental de los hijos
A nivel global, el 32% de las personas con hijos declara preocuparse con frecuencia por la salud mental de ellos.
En Argentina, esta proporción es igual: el 34% manifestó hacerlo con frecuencia, el 20% a veces y el 26% rara vez o nunca. Las diferencias por género son marcadas: el 43% de las mujeres indicó preocuparse por la salud mental de sus hijos con frecuencia, frente al 23% de los hombres. En otras palabras, 4 de cada 10 mujeres lo hacen con regularidad, lo que las ubica por encima del promedio general, mientras que los hombres se posicionan por debajo.
En relación con la edad, los niveles más altos de preocupación se registran entre las personas de 44 a 54 años (44%) y entre los mayores de 65 años (58%). Entre quienes no tienen estudios o sólo alcanzaron la educación básica, el 49% expresó una preocupación frecuente. Este valor desciende a 40% entre quienes completaron la primaria, a 31% entre quienes finalizaron la secundaria, y a 35% en el nivel universitario.
Globalmente, el 26% de las personas con hijos expresó haberse sentido frecuentemente preocupada durante los últimos 30 días por la posibilidad de que sus hijos no puedan hablarles sobre temas importantes que los afectan.
En Argentina, la proporción es igual, con un 27% que manifestó esta preocupación frecuente, un 22% que la siente a veces y un 31% que rara vez o nunca la experimenta. Por género, la preocupación frecuente es más elevada entre las mujeres (31%) que entre los hombres (21%).
En relación con la edad, la preocupación aumenta en los grupos de mayor edad: alcanza el 33% entre quienes tienen entre 45 y 54 años, 30% en el grupo de 55 a 64 años y llega al 44% entre los mayores de 65. Respecto al nivel educativo, crece algo entre los que tienen nivel universitario completo (29%) y de forma más notoria entre los de educación primaria completa, donde alcanza al 33%. En cambio, disminuye en el nivel de menor nivel educativo, con un 15%.