La crisis económica dejó cicatrices en el bolsillo, pero también en el ánimo. En el 2024, 6 de cada 10 argentinos afirmaron haber tenido un estado de ánimo negativo, y el 42% identificó a la preocupación como la emoción predominante. El informe "Argentina, ¿cómo estás?", elaborado por la agencia de datos Quiddity, revela una sociedad desgastada, pero con una cuota de expectativa de mejora para el 2025.

La encuesta, que se realizó a más de 1.000 personas mayores de 18 años, muestra que la incertidumbre financiera marcó las decisiones de consumo. Aunque el 69% espera una mejora económica, el presente sigue atado a restricciones: 3 de cada 10 personas gasta más de lo que gana y 4 de cada 10 no tiene capacidad de ahorro. La estrategia para sobrevivir fue simple: achicar gastos.

Durante el 2024, el consumo se replegó a lo esencial. El informe marca que la resignación se volvió rutina, aunque también generó consumidores expertos en ahorro. El acceso a productos de primeras marcas cedió terreno frente a opciones más económicas. Las segundas y hasta terceras marcas ganaron presencia, incluso en los sectores medios y altos. Se priorizaron compras básicas, con un interés puntual por recuperar consumos postergados, como carne y lácteos, sin perder los pocos gustos que todavía se permiten.

A pesar de que la inflación perdió peso como preocupación nacional y cayó 24 puntos porcentuales en la percepción entre 2024 y 2025, el miedo a su regreso todavía condiciona las decisiones. Una leve suba alcanza para revivir fantasmas. La estabilidad, entonces, aparece como una meta, pero no como una realidad.

Lo que desean los argentinos

El deseo mayoritario de la población pasa por mantener a la familia y ahorrar (85%), seguido por intenciones como invertir o crecer financieramente (39%), comprar inmuebles o autos (36%) y reducir deudas (36%). Pero esa expectativa convive con un contexto de ingresos que no alcanzan y con una preocupación de fondo: la inseguridad.

La inseguridad se posicionó como el principal motivo de preocupación para el 42% de los encuestados. La confianza en los poderes del Estado, los sindicatos, las empresas y las marcas se encuentra en niveles bajos. Por eso, la familia, la pareja y los amigos se transformaron en refugio frente al desgaste emocional y económico.

El informe también indaga en la relación entre bienestar emocional y consumo. En el 2025, el 42% dice sentirse ansioso o preocupado, y el 40% está cansado o agotado, valores que duplican los registrados dos años atrás. La saturación no se reduce a lo emocional. En promedio, cada persona declaró realizar 4,5 actividades con el fin de lograr un equilibrio entre lo físico y lo emocional. Pero la acumulación también genera estrés.

Esa tensión se refleja incluso en la manera en que los argentinos consumen información. El 74% teme no distinguir entre noticias reales y falsas, y una proporción similar dijo haber encontrado contenido falso. La desinformación se suma a un clima de sospecha que refuerza la desconfianza. Es que también hay preocupación por lo que ocurre fuera del país. La decisión del gobierno de Donald Trump de imponer aranceles genera alerta: el 80% escuchó hablar del tema, el 70% cree que afectará negativamente a la economía argentina y el 50% piensa que Trump empeorá la situación del país.

Impacto en el marketing y conciencia social

En ese escenario de ruido, las marcas también cambian su comportamiento. La polarización generó que CMOs y creadores de contenido eviten pronunciarse sobre temas políticos. El 70% de la población considera que hablar de política sin pelearse es casi imposible. Y esa percepción se replica en el marketing.

En paralelo, crece una conciencia social, aunque con límites. Causas como el rechazo a la discriminación (70%), el respaldo a la diversidad sexual y de género (68%) y la preocupación por el cambio climático (59%) tienen respaldo mayoritario. Pero ese apoyo se diluye cuando se trata de llevar esas ideas a la acción. El reciclaje cayó del 65% en 2023 al 55% en 2025, un ejemplo concreto de cómo la conciencia no siempre se traduce en hábitos.

"Estamos convencidos que entender a las personas —sus motivaciones, preocupaciones, comportamientos y actitudes— es la clave para ayudar a nuestros clientes a desarrollar estrategias de comunicación efectivas", dijo Daniel Finder, presidente de Quiddity.

Por su parte, Pablo Sánchez Liste, Managing Director de untold|en Argentina, agregó que el trabajo de investigación busca generar empatía: "Conocer los sentimientos, pensamientos, expectativas y percepciones de nuestras audiencias es fundamental para lograr empatía con las personas".

El 2025, entonces, arrancó con una mezcla de esperanza y desgaste. La recuperación no solo tendrá que reflejarse en cifras macroeconómicas. Necesitará impactar en la vida cotidiana, en las decisiones de consumo y en las emociones que dominan la rutina de millones de personas.

*Con información de Forbes US.