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Forestación, en Uruguay queda por forestar el 75% del área apta para la industri
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La madera avanza y trae nuevos capitales a Uruguay

Mariana Goday

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Con un récord histórico de exportaciones en 2021, la apertura de UPM2 en 2023 y tendencias a nivel mundial que traen nuevas oportunidades, la forestación se apresta a ser el primer sector exportador del país.

02 Noviembre de 2022 09.20

A 35 años de la aprobación de la ley forestal —que buscó regular e impulsar el sector— la forestación representa un 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB)

En 2021 las ventas al exterior superaron los US$ 2.100 millones y un 7% de la energía eléctrica que demandó el país tuvo como origen residuos de biomasa forestal.

Con el uso de la madera como tendencia en la construcción y la inminente apertura de la segunda planta de UPM en Paso de los Toros, el sector sigue generando interés a nivel mundial. Un interés cada vez más diversificado, que no se centra únicamente en las plantas de celulosa

Según datos del instituto Uruguay XXI, las proyecciones indican que la madera como material de construcción tendrá un crecimiento anual del 5% a nivel mundial a 2027. “Hoy en día se habla de economía circular, de economía verde… Todo eso está ligado a la madera. 

Hoy cuando se habla de una construcción sostenible se habla de madera”, afirmó Diego Wollheim, gerente general de Montes del Plata.

Esta tendencia ya comenzó a generar movimiento en el país. “Hay tres o cuatro oportunidades puntuales —de las que no podemos dar nombre todavía— que ya dieron los primeros pasos para su instalación en Uruguay”, adelantó Inés Bonicelli, vicedirectora ejecutiva de Uruguay XXI. Se trata de capitales provenientes de España, Nueva Zelanda, EE.UU. y Chile, interesados fundamentalmente en la transformación mecánica de la madera

Aunque los números y la llegada de inversión hablan de un sector sólido, aún persisten cuestionamientos a la actividad

Nelson Ledesma, presidente de la Sociedad de Productores Forestales (SPF), aseguró que si bien Uruguay tiene todas las condiciones para posicionarse como un “hub” regional de producción forestal sostenible, algunas situaciones preocupan a los inversores.

En 2021 el Parlamento aprobó un proyecto de ley que buscaba limitar la actividad forestal (propuesto por Cabildo Abierto, apoyado por el Frente Amplio y agrupaciones ambientalistas). 

Los empresarios se oponían. Finalmente, la norma fue vetada por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, por considerar que el texto aprobado “vulnera los derechos de propiedad, libertad y de trabajo” establecidos en la Constitución.

UN SECTOR CON POTENCIAL

En las últimas dos décadas, las exportaciones del denominado complejo forestal, que incluye madera, celulosa y papel, crecieron de un 5% a un 19%.

Las plantaciones forestales actualmente ocupan un 6% del territorio y la perspectiva de crecimiento es enorme. En Uruguay los suelos de prioridad forestal alcanzan los 4 millones de hectáreas, de las cuales queda disponible un 75%.

A su vez, la apertura de la nueva planta de UPM el año próximo —con una inversión de US$ 3.000 millones— se transformará en la inversión extranjera más importante que recibió el país y lo transformarán en el segundo proveedor mundial de celulosa de fibra corta. 

Marcos Battegazzore, vicepresidente de Operaciones de UPM Uruguay, afirmó que la estabilidad del país y la capacidad de la gente han sido los diferenciales que permitieron el desarrollo de la forestación: “Es un sector relativamente joven para el país, que en muy pocos años se ha desarrollado y se ha consolidado mucho desde el punto de vista de la imagen y la reputación hacia afuera”. 

En Uruguay XXI ven un enorme potencial del sector. “Es una industria que colabora con la carbono neutralidad del país. Para nosotros es uno de los sectores priorizados y hacemos una prospección activa. A los inversores los vamos a buscar”, aseguró Bonicelli.

El presidente de la SPF destacó, por otra parte, que en el futuro “las plantaciones forestales sostenibles van a permitir abastecer la necesidad creciente de la población y le van a quitar presión a la cosecha de los bosques naturales”.

Por su parte, Wollheim enfatizó la tendencia creciente a sustituir productos por derivados de la madera: “Si vas hoy al supermercado y ves las góndolas, se han cambiado los packagings por productos que tienen que ver con el cartón. Esto lo hacen empresas que quieren cuidar el ambiente y no lo hacen con cualquier celulosa sino con una celulosa que da las garantías”.

En este sentido Uruguay también está bien posicionado, ya que “prácticamente toda la producción forestal uruguaya” y sus industrias han sido validadas por las dos principales certificadoras a nivel global, según un informe de Uruguay XXI.

PROFESIONALIZAR LA CADENA

El sector ocupa actualmente a 16.200 trabajadores de forma directa, si se suman los indirectos el número asciende a 25.000. Este empleo lo generan las más de 1.760 empresas vinculadas al sector, de las cuales el 93% son micro y pequeñas empresas, según datos de la Dirección General Forestal. Se prevé que cuando esté UPM2 esté funcionando sean 30.000 los puestos de trabajo alcanzados.

Más allá de los números, los diferentes actores destacan el creciente nivel de especialización de los trabajadores, que va acompañado de una proliferación de la oferta educativa vinculada al sector.

Battegazzore aseguró que la decisión de la compañía de volver a invertir en el país tuvo que ver con la confianza que se generó en Uruguay y también con la capacidad creciente de los equipos: “Hoy en día en UPM somos uruguayos que trabajamos en Uruguay. Los especialistas son uruguayos. Hoy tenemos a uruguayos capacitando a uruguayos para una segunda planta de celulosa”.

Cuando la segunda planta esté operativa, serán 15.000 las personas vinculadas a la actividad de UPM, que están distribuidas en 14 departamentos del país. “Es importante destacar además que el sector genera empleo de calidad y estable en el interior del país”, agregó.

Ignacio Mendoza, gerente general de Maderas Tratadas —empresa nacional con 50 años de trabajo en el sector—, aseguró que si bien el sector ha tenido un crecimiento explosivo en números, se debe considerar el avance en un trabajo cada vez más profesional. “Las inversiones han empujado y han levantado la vara de lo que es profesionalizar la cadena del sector desde los fletes a la cosecha”.
 

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