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Innovacion

Cómo la IA está acelerando los avances para reconstruir cerebros y tratar lesiones cerebrales graves

John Werner

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Científicos combinan algoritmos con neurociencia para mapear circuitos neuronales, restaurar funciones dañadas y abrir nuevas posibilidades en terapias que antes parecían impensadas.

6 Noviembre de 2025 17.20

La idea de tomar a dos personas, colocarlas en cámaras de aislamiento cercanas e intercambiar sus cabezas parece sacada directamente de una película de ciencia ficción. Lo mismo pasa con la posibilidad de extraer un cerebro humano e implantarlo en un cráneo vacío.

Hoy eso simplemente no se hace, y hay varias razones para que así sea. Sin embargo, en tiempos de inteligencia artificial, surgen indicios de que, con el tiempo, podríamos lograrlo. Al menos, existen esperanzas de que se puedan recuperar ciertas funciones en personas con lesiones cerebrales.

neurociencia pensamiento cerebro
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La logística de los trasplantes de cerebro

¿Cuál es, entonces, el principal obstáculo para un trasplante de cerebro? ¿Se trata de la barrera hematoencefálica? ¿De la falta de oxígeno?

En realidad, no. Uno de los problemas más persistentes es volver a conectar el cerebro con su infraestructura básica dentro del sistema nervioso central. No alcanza con reactivar la médula espinal, por lo que el cuerpo queda paralizado. También es extremadamente difícil volver a poner en funcionamiento las señales cerebrales que permiten acciones básicas, como el latido del corazón.

"El cerebro recibe información sensorial de todo el cuerpo y le envía instrucciones, lo que provoca la contracción muscular, los latidos del corazón y la secreción de hormonas por las glándulas", escribe Dan Baumgardt en Science Alert. Aunque también aclara que el cerebro "tiene la textura de un flan blando". (Sí, suena asqueroso). "Extraer un cerebro requiere cortar los doce pares de nervios craneales que se originan directamente en él, además de la médula espinal. La información entra y sale del cerebro a través de todas estas estructuras. ¿Se imaginan la dificultad?"

Baumgardt agrega:

"Los nervios no se vuelven a unir simplemente. En cuanto se cortan, normalmente empiezan a desintegrarse y a morir, aunque algunos son más resistentes al daño que otros".

La gran traba, entonces, es la preservación de la función.

Y eso sin contar los dilemas legales, éticos y de procedimiento, que no son pocos.

Por ahora, no existe ningún antecedente real que nos acerque a ese escenario.

Imagen del cerebro, conexión
Imagen del cerebro, conexión

Formación de mini cerebros con células madre

Durante una charla TED en Boston, la científica de Johns Hopkins, Annie Kathuria, habló sobre cómo un grupo de investigadores trabaja para aumentar nuestra materia gris en laboratorio. Empezó con un llamado apasionado a la empatía hacia quienes sufren lesiones cerebrales traumáticas.

"Pensá en un nene que jugaba al fútbol, se golpeó la cabeza y ya no recuerda el nombre de su papá", dijo. "Pensá en la madre que ya no tiene la atención necesaria para hornear galletitas porque su capacidad cognitiva dejó de funcionar. Y en el soldado herido que no puede expresar su dolor porque las palabras simplemente no le salen, ¿verdad? Eso es una lesión cerebral traumática".

Después, empezó a deslizar la idea que impulsa la investigación actual.

"El cerebro no se regenera", afirmó. "Es uno de los pocos órganos del cuerpo que no se regenera. No podemos hacer que el cerebro vuelva a crecer. Y ahora les voy a contar: ¿qué pasaría si pudiéramos hacerlo?".

El avance de los organoides

Si nunca escuchaste hablar de un "organoide", Annie Kathuria se encargó de presentarlo como una estructura biológica que no aparece de forma natural, sino que se cultiva en laboratorio a partir de células madre.

"No es ciencia ficción", aseguró. "Está ocurriendo en nuestra época".

Kathuria explicó el uso de células madre pluripotentes inducidas. Los científicos pueden tomar células del cabello humano, de la piel o de la sangre, transformarlas y crear con ellas una pequeña estructura similar a un cerebro.

"Estas células madre ahora son trasplantables", dijo. "Se pueden trasplantar de nuevo a seres humanos, y ya lo estamos haciendo. Algunos de estos sistemas trasplantables ya se encuentran en ensayos clínicos de fase dos y fase tres en todo Estados Unidos y en todo el mundo".

mente, cerebro, mentalidad
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La receta

¿Cómo lo hacen?

Esa, en cierta forma, es la gran pregunta. Para quienes quieren saber cómo se lleva adelante este desarrollo, Annie Kathuria ofreció una explicación clara:

"Tomamos la célula madre, creamos la corteza, luego los vasos sanguíneos y la red vascular, y finalmente los fusionamos", detalló. "Y todos estos datos genéticos a la derecha muestran la expresión de los diferentes marcadores, de donde obtenemos ambos tipos de células... Los vasos sanguíneos se forman a partir de células musculares lisas, parásitos, macrófagos y el sistema inmunitario; todos estos elementos se combinan para formar los vasos sanguíneos que vemos bombeando sangre".

En el video, también se menciona la angiogénesis, el análisis subcortical y el estudio del sistema endotelial.

"Necesita comunicarse", dijo Kathuria, refiriéndose a cualquier cerebro funcional, sea orgánico o un organoide. "Y la forma en que (un cerebro) se comunica... es mediante la función eléctrica... Una vez que nos integramos con esta estructura similar a un órgano, se comunica mediante corriente eléctrica y produce corriente eléctrica para comunicarse".

Entonces, aseguró, ya está listo para avanzar.

"Podemos transportarlo a cualquier parte", señaló. "Así que tenemos una estructura similar al cerebro que no solo está integrada, sino que es modular, cuenta con red vascular y es trasplantable. Nuestro próximo paso es desarrollar modelos preclínicos a pequeña escala".

Al detallar la investigación que se lleva adelante en Johns Hopkins y en otros centros, expresó su confianza en los resultados.

"Ya contamos con modelos preclínicos y paradigmas de lesiones pequeñas y grandes", afirmó. "Además, tenemos colaboradores que trabajan en la preconsultoría y en el proceso de aprobación ante la FDA. Por lo tanto, tenemos todo el diseño y la estructura necesarios. Juntos podemos salvar vidas, sanar el cerebro, impulsar el campo de los trasplantes y, con suerte, lograr que esto sea una realidad en los próximos cinco años para los estudios de fase uno".

Una proyección tan ambiciosa como esperanzadora.

Por cierto, si te estás preguntando quién fue Vladimir P. Demikhov, este científico soviético es recordado sobre todo por haber creado al perro de dos cabezas. Experimentó con este tipo de intervenciones mucho antes de que existieran las capacidades actuales. Demikhov, que murió en los años 90, sería uno de los tantos que se revolverían en sus tumbas al ver la forma en que hoy se aborda este problema científico.

Si ahora mismo estás pensando en todo tipo de avances radicales en el estudio del cerebro para la próxima década, no sos el único. ¿Qué veremos en nuestras vidas? Difícil saberlo.


Con información de Forbes US.

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