A veces, los fundadores dan la impresión de que emprender es fácil. Hay infinidad de historias de personas que, tras un momento de inspiración, consiguieron una gran suma de dinero y armaron negocios valiosos casi de inmediato. Pero, ¿qué pasa con quienes pasan años tratando de hacer realidad sus ideas? Un estudio reciente mostró que poner en marcha una empresa es tan estresante y agotador que el 72% de los emprendedores sufre problemas de salud mental.
Mayuresh Patole, fundador de Chronicle —una startup de software para presentaciones—, sostiene que deberíamos hablar con más franqueza sobre lo que implica armar un negocio. "Todos comparten historias de éxito de la noche a la mañana, pero pocos hablan honestamente sobre la complejidad del proceso", afirma. Y, según admite, el camino recorrido por su empresa en San Francisco fue bastante caótico.
Hace cuatro años dejó la consultora BCG y consiguió enseguida los fondos necesarios para lanzar Chronicle. La última vez que hablé con la empresa fue justo después de que levantaran US$ 7,5 millones de Accel y Square Peg. Sin embargo, Patole tuvo que descartar las tres primeras versiones del producto porque no le convencían. Calificó a la original como una "pérdida de tiempo"; incluso sobre la tercera, dijo que "se equivocó en los fundamentos técnicos".
La buena noticia, según Patole, es que la perseverancia rinde. Chronicle lanza hoy la última versión de su software en beta pública y abre la cuarta generación del producto a cualquiera que quiera probarla. Él confía en que va a gustar: la beta privada, que viene funcionando desde hace seis meses, ya atrajo a 100.000 usuarios. Entre ellos hay estudiantes que preparan presentaciones para trabajos universitarios y ejecutivos de marketing de empresas de primera línea como Nike, IBM y grandes consultoras.
"Construimos algo diferente y nos llevó tiempo conseguirlo", dice Patole. "Parece que finalmente estamos al comienzo de nuestro viaje", agrega.
El cofundador Tejas Gawande está de acuerdo. Sostiene que Chronicle eligió bien el momento para salir al mercado. "Lo que funcionaba en las presentaciones hace una década, hoy en día fracasa por completo", explica Tejas. "Las redes sociales acostumbraron al público moderno a esperar información visual, fácil de leer y de gran impacto", señala.
La propuesta de Chronicle es ofrecer un software que facilite la creación de presentaciones más acordes con las nuevas formas de comunicar. Su base son los widgets, que funcionan como el núcleo del diseño, con opciones interactivas y contenido multimedia que ayudan a dejar atrás las clásicas diapositivas que todavía dominan.
"Usamos inteligencia artificial para ayudarte a crear presentaciones realmente impactantes", dice Patole. "Es como tener un socio inteligente que contribuye activamente al proceso", indica.
¿Logrará esta nueva versión de Chronicle el impacto que Patole espera? Aunque él se muestra confiado, todavía no hay certezas. De entrada, la sombra de PowerPoint —el software de Microsoft lanzado hace casi 40 años— sigue siendo pesada. No todos son fanáticos de esa herramienta, pero su presencia es ineludible. Cualquier nuevo jugador en este rubro tiene que lidiar con eso.
Mientras Patole y Gawande intentaban afinar Chronicle, varias startups también se metieron en el mismo terreno. En febrero, por ejemplo, Accel —uno de los inversores de Chronicle— puso US$ 3 millones en Presentations.ai, una startup india que también desarrolla software de presentaciones con inteligencia artificial. Otros competidores del sector, como PitchAvatar, SlideDog, Prezi, CustomShow y ClearSlide, ya tienen una base de usuarios cada vez más amplia.
Igual, el mercado no se achica. Todavía hay espacio para nuevas propuestas que logren convencer a los usuarios de que tienen algo distinto. Según el grupo de investigación ResearchandMarkets, el mercado global de software de presentaciones alcanzó un valor de US$ 6.800 millones en 2023. Y proyecta que crecerá casi un 15 % por año hasta llegar a US$ 15.700 millones en 2029. "Entre los factores clave se encuentran la proliferación del teletrabajo y la colaboración virtual, que aumentaron la dependencia de las plataformas digitales para la comunicación y el intercambio de información", dijo el analista.
Los que están innovando en este sector coinciden en que hace falta una manera distinta de pensar las presentaciones. Hoy la gente quiere recibir la información de formas nuevas y mantener la atención se volvió cada vez más difícil. Un estudio del King's College de Londres mostró que el 49 % de las personas siente que su capacidad de atención se acortó.
Patole cree que Chronicle puede sacar provecho de estas tendencias y que, después de empezar de nuevo varias veces, llegaron al producto que buscaban. "Nos mantuvimos fieles a nuestra misión original: garantizar que los usuarios nunca se encuentren con una mala presentación", afirma.
No todas las startups llegan lejos, pero Patole está convencido de que Chronicle puede probar que atravesar momentos difíciles vale la pena. "Los últimos cuatro años fueron un viaje de aprendizaje intenso", dice.
Nota publicada por Forbes US