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Andrea Maffla, directora de Príncipe Humberto.
Liderazgo

Ser exquisito no basta: la dulce aventura de la creadora de Príncipe Humberto

Gabriela Malvasio

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Desde hace 27 años, Andrea Maffla elabora el tradicional postre helado para restaurantes y comercios. Arduo trabajo y la ambición de llegar a todos los puntos de Uruguay son factores claves en su receta

05 Agosto de 2022 08.30

Jamás nadie le dijo que no a un Príncipe Humberto. Eso asegura Andrea Maffla, cofundadora y directora de la empresa que lleva el nombre de este postre que comercializa desde hace 27 años y que hoy incluye otros productos como Reina Africana, lemon pie, brownie, alfajores y masitas. 

El Príncipe Humberto fue y sigue siendo la estrella de la empresa. La combinación de galletitas molidas, dulce de leche, merengue y crema doble fue “aceptada desde un inicio”. 

Maffla sabe que eso es excepcional. No pasa con muchos productos. Por ejemplo, recuerda una tarta “exquisita” de manzana que no funcionó. Realizaron cantidad de degustaciones, y terminaron sentados en una mesa, probando una y otra vez la tarta sin convencerse de que no tuviera éxito.

La del Príncipe Humberto es una historia de una fe ciega: “Estábamos seguros que si lo hacíamos bien y con buena calidad iba a ser un éxito. Es sabor uruguayo. Nuestra idiosincracia es muy de este producto: somos muy del dulce de leche y de la crema”, rememoró Maffla. 

En 1995, Maffla, junto a su esposo en ese momento, probó el postre en un restaurante. Quedaron fascinados. Era una antigua receta que se pasaba de generación en generación a nivel de las familias. Pensaron que sería una buena idea elaborarlo para ofrecer en el sector gastronómico y dieron con Queca Lapetina. “Era una señora que lo hacía. Nos enseñó la receta. Como una abuela, con toda dedicación, nos enseñó para que nosotros pudiéramos hacerlo a la perfección”, recordó Maffla. 

Reconfortar al consumidor

Comenzaron con restaurantes y el único medio de promoción era el boca a boca. Después siguieron los comercios y finalmente las grandes cadenas. Y se convirtieron así en una de las empresas pioneras en productos congelados. Hoy también le venden a PedidosYa Market. 

Para Maffla comenzar por el sector gastronómico fue una de las claves del éxito: “Fue lo mejor que nos pasó. Lo hicimos instintivamente en ese momento; no porque supiéramos que iba a dar buen resultado. Empezamos por lo que teníamos más cerca y lo más conocido, y luego nos empezaron a llamar de otros lugares”, explicó la empresaria.

Reina Africana, un producto Príncipe Humberto.
Reina Africana, otro producto icónico de Príncipe Humberto.

Hubo comerciantes que empezaron a buscar el producto porque lo consumían habitualmente en restaurantes. 

Y allí comenzó lo que Maffla denomina el “arduo trabajo” de impulsar la empresa. Nunca se pensó como emprendedora. El término no tenía por aquel entonces la fuerza y el significado de hoy en día. Al principio ella hacía de todo: desde controlar la producción a salir a buscar clientes. 

Se considera buena administradora, con poder de decisión y ejecutiva, pero opina que vender no es su fuerte. De todas maneras había que hacerlo. 

Hoy disfruta del “valor humano” que se logró en la trayectoria de la empresa. 

“Tengo muchas personas de muchos años en la empresa que han construido esta historia. Seguir con ellas es muy gratificante. Es un buen equipo. Cuesta armar un buen equipo. pero cuando lo lográs es muy lindo trabajar de esa forma”, reflexionó. 

Siempre les dice a las personas que trabajan en la elaboración que se concentren en pensar que ese producto lo va a comer “su mamá, su hermano, su novio, su hijo, su abuelita”, por lo que cada cada uno tiene que ser exquisito y brindar un momento para que los consumidores se reconforten.  

Al principio les costó ensamblar las áreas de elaboración y distribución, junto a los distribuidores independientes. Pero lo lograron con “constancia y aprendizaje” en una planta que instalaron en el barrio de Goes, en Montevideo. 

Los retos del crecimiento

En el 2000 llegaron a instalar una fábrica cerca de Porto Alegre, en Brasil. En todas las degustaciones, les decían que el postre era “de lo mejor”, pero la aventura brasileña no duró mucho tiempo porque se encontraron ante un paladar diferente. 

En Argentina intentaron ingresar varias veces. Los comentarios de los turistas en Punta del Este y Colonia les hacían pensar que el producto podía funcionar muy bien. Pero no dieron con la persona indicada para llevar adelante el proyecto en un mercado que ven como complicado por sus fluctuaciones. Maffla no descarta probar de nuevo en un futuro. 

Andrea Maffla, directora de Príncipe Humberto.
Andrea Maffla, directora de Príncipe Humberto.

No dejaron de trabajar en pandemia, pero las ventas “no tenían la fuerza que podían tener”. Hoy están en números pre-pandemia, vendiendo anualmente casi 630.000 unidades de productos. En sus planes inmediatos está el crecer a base de avanzar en el interior del país, donde es más difícil por cuestiones logísticas.

“Ahora estamos realmente con fuerza como para decir que ya estamos estables. De ahora en más queremos llegar a lugares donde no hemos llegado aún. El postre congelado no es tan fácil de transportar o tenerlo en lugares lejanos a Montevideo. Por eso nuestro fuerte está en los lugares cercanos a la capital. Ahora tenemos alfajor Príncipe Humberto que no necesita frío y eso ayuda. Aunque la vida útil de los congelados siempre es una ventaja con la que trabajamos”, apuntó. 

Hace un tiempo que Maffla ve cambios en los consumidores y por eso están pensando en una línea verde a base de frutas y con endulzantes naturales, como los dátiles. 

“Cuando me preguntan qué hago, siempre me sentí sumamente orgullosa de responder que endulzo la vida. Como todo en la vida, no te hace mal si es un consumo controlado”, comentó.

Considera que el etiquetado con octógonos de exceso de algunos ingredientes como el azúcar tuvo impacto en el momento de su implementación. Está de acuerdo con que las personas tengan información sobre lo que consumen, pero considera que las advertencias son “exageradamente grandes” y llevaron a los empresarios, como en su caso, a tener que invertir en cambios de packaging. 

Constancia y estrategia 

Son unas 20 personas las que trabajan hoy en la fábrica del barrio Goes, repartidas en elaboración, ventas y logística. La composición accionaria ha ido cambiando con el tiempo. Hoy Maffla es propietaria de la empresa junto a Jorge Cibreiro Cuore

“Tengo la suerte de tener uno de mis hijos en la empresa. Yo empecé muy joven. Es importante contar con la fuerza y la innovación que tienen los jóvenes. A veces son un poco apresurados, pero es lo que da impulso”, comentó Maffla, para quien su hijo tiene una personalidad alegre y decidida. Asegura que se enseñan mutuamente y eso los enriquece. 

Sus otros dos hijos tomaron caminos diferentes en lo profesional, pero uno de ellos fue el “inventor” del postre Reina Africana. De pequeño era “loco por el chocolate” y le exigía un postre que tuviera ese ingrediente. 

La propietaria de Príncipe Humberto se hizo empresaria “con el hacer de todos los días”. El haber trabajado en todas las áreas de la empresa le dio un aprendizaje a partir de “personas que la guiaron”. Valora además las mentorías, como las brindadas por la Cámara de Industrias, que resultaron de mucha ayuda. Considera como un vuelco importante de los últimos tiempos que exista mayor asesoramiento a las empresas familiares

Las personas constantes y con estrategia son las que logran algo. Hay que tener la visión de lo que se quiere y adónde se quiere llegar, de cómo se quiere lograr y por cual camino se va. Me gusta lo que hago aunque no siempre es fácil. Día a día hay dificultades; son muchos los factores que influyen y que hay que captar para solucionarlos antes que se conviertan en una bola”, comentó.

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