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Cambio de paradigma económico y la espera por una mejora del poder adquisitivo: por qué el CEO de Nestlé habla de un "optimismo moderado"

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Gian-Carlo Aubry está al frente de las filiales de la Argentina, Uruguay y Paraguay y ve con buenos ojos los cambios que se están produciendo en el mercado local. Sin embargo, al mismo tiempo destaca que los números del primer semestre no fueron los esperados, y pone la expectativa en lo que resta del año.

Gian-Carlo Aubry hace ocho años que ocupa el sillón de CEO de Nestlé para la Argentina, Uruguay y Paraguay. Nacido en Suiza y formado como politólogo, hoy tiene sus expectativas puestas en lo que ocurrirá con el mercado argentino. Sus expectativas indican que se podría crecer hasta un 8%, aunque dice que prefiere la cautela ya que para el primer semestre el cálculo también era optimista, pero no solo no se llegó a lo esperado, sino que incluso algunos sectores cerraron en baja.

Aubry habla de "un optimismo moderado", una sensación que se da ante un mix de la falta de recomposición del poder adquisitivo que observa, aunque del otro lado hay una buena perspectiva ante algunas de las políticas del Gobierno.

"Su tuviera que hacer un análisis de situación, diría que no se puede hacer por un período de un par de meses; hay que mirar hacia atrás y hacia adelante. Tenemos una presencia de hace mucho tiempo y vamos a continuar estando. Somos una empresa que trabaja con todos los gobiernos, y que siempre buscamos ser lo más competitivos y rentables posible", apunta, y dice que "hay un antes y un después de 2023".

- ¿Cuál es esa bisagra de la que habla?

- Entre 2023 y 2024 se dio un período muy fuerte de adecuación. Luego de una caída fuerte del consumo en 2024, hubo un cambio de paradigma; se fue de una economía de inflación a otra que no tenía inflación. Es un salto muy grande. Se tenía en la cabeza el pensamiento de "mañana todo va a costar más caro, tengo que comprar, me tengo que estoquear", y eso era tanto para el consumidor como para nosotros con nuestra materia prima. Y una vez que hay una inflación que desaparece, una economía que se estabiliza, y un tipo de cambio que se estabiliza, se pasa a decir "mañana va a ser más barato". Entonces toda la economía de especulativa desaparece. El consumidor comenzó a liquidar sus stocks y en lugar de decir compro varios, compra cuando lo necesita. Se pasó a una compra de reposición. Sufrimos mucho esto en 2024, y en 2025 todavía el bolsillo de los argentinos no se recompuso. El poder adquisitivo todavía está sufriendo.

- ¿Sienten ese factor?

- Todavía hay una adecuación de lo de los gastos, que aumentaron de un año a otro y los salarios quizás no aumentaron en la proporción que uno le hubiera gustado para reequilibrar todo. Estamos todavía en un periodo de reequilibrar entre lo que entra y lo que sale. En este contexto, nos encontramos con un nivel de consumo de productos alimenticios que todavía no se recuperó, mientras que bienes más durables como viviendas o autos se mueven a una velocidad más rápida y hasta tal vez están en positivo. En alimentos todavía estamos en negativo, menos que el año pasado, pero en rojo. Confiamos que en el segundo semestre pueda haber alguna recuperación, aunque menor a la planeada.

- ¿Los cálculos que habían hecho para el primer semestre se cumplieron?

- Entendíamos que podíamos crecer entre un 5% y un 12% pero estuvimos bien abajo de esos números, e incluso en algunas categorías cerramos en negativo.

- ¿Piensan que pueden recuperar algo en el segundo semestre?

- En el segundo semestre pretendemos que haya una recuperación de entre 5% y 8%. 

- Que tal vez no sea mucho pero al menos cerrarían de forma positiva, algo a favor sobre todo teniendo en cuenta de dónde se viene.

- Hay que ser optimista pero con un optimismo moderado. Confío que que nos vamos a recuperar, aunque esa recuperación será lenta. En 2026 las cosas estarán mejor y espero que ya en 2027 estemos volviendo a niveles del 2021, 2022 o 2023. 

- ¿En qué segmentos ve esas diferencias de movimiento, es decir entre los que al menos mejoran algo, y los que directamente caen?

- Este año tenemos una un problema adicional. Somos una compañía que vende mucho café y cacao. Ninguno de estos productos se produce en la Argentina, y son commodity, con precios sujetos al al mercado internacional, y en ambos casos subieron fuerte en los últimos dos años. El cacao, por ejemplo, llegó a a tener un precio de US$ 11.000 por tonelada, cuando históricamente estaba en US$ 2.500 o US$ 3.000. Una parte se puede recuperar con la eficiencia, una parte hay que recuperarla con el consumidor, otra se perderá y otra se recuperará también con eficiencia del resto del portafolio.

Esta situación tampoco ayudó para que pudiéramos vender a un precio más más barato, e incluso hubo que absorber esta diferencia de costo. Eso hace también las cosas más difíciles. Los productos a base de cacao o café son pilares para para nosotros, y nos suma dificultades. Pero también, por ejemplo, tenemos productos de nutrición infantil que están teniendo un buen crecimiento, al igual que los productos para para mascotas o Nespresso. Fuimos bastante impactados entre mayo y junio, después de cuatro meses de una buena recuperación, pero en esos dos meses se desbalancearon un poco nuestros resultados.

Granos De Café
 

- ¿En cuánto les cambia la mayor apertura importadora?

- Es importante entender que en la Argentina no existen todos las materias primas que precisamos para nuestros productos. Con esta apertura fue posible volver a operar no solo en importaciones, sino poder volver a pagar a nuestros proveedores o enviar dividendos a nuestra casa matriz. Muchos productos que no teníamos en los inicios de 2024, los recuperamos y mejoramos nuestra posición.

- ¿Estos cambios de escenario les puede hacer mejorar la rentabilidad?

- La rentabilidad de este año va a ser mucho mejor que la del año pasado, y esperamos que esto también ocurra en 2026, y volver a niveles que teníamos, en 2022 o en 2023. Es una una mejora que va de la mano de la recuperación de volumen, algo que viene atado a la capacidad del consumidor argentino de poder comprar productos de valor agregado, más allá de de un consumo cotidiano, que salen de lo esencial. En la medida que mejore el bolsillo de los argentinos, vamos a mejorar también nosotros.

- ¿Con qué nivel de facturación esperan cerrar el año?

- Todavía no podría definir un número porque es demasiado temprano y hay demasiadas variables en juego. Pero viene bien y creo que va a ser mayor a la del año pasado.

- ¿Y de cuánto fue el año pasado?

- $ 664.119 millones.

- Esta sensación de perspectiva de mejora medida y le necesidad de ver qué pasa finalmente, ¿cómo repercute en las inversiones previstas?

- Las inversiones se llevan adelante en la medida que nuestro cashflow nos lo permite, pero no hay un año en el que no hayamos invertido de alguna forma. El nivel de intensidad fue dictado de acuerdo de los resultados y este año estamos terminando varios proyectos de 2023 y 2024 por unos US$ 10 millones en Magdalena, y ya tenemos planes para 2025, pero no los puedo divulgar porque no fueron aprobados aún. Nestlé es una empresa de largo plazo, y en ese plan de largo plazo hay cada año un plan de inversiones.

- ¿Adónde están apuntando con esas nuevas inversiones; nuevos productos, plantas?

- Pueden ser de nuevos productos, nueva línea de producción, optimización de línea de producción, de aumento de la capacidad. La mayoría de los de los proyectos son de aumento de capacidad para el mercado local o las exportaciones.

- ¿La mayor calma de la cotización del dólar, algo que también ocurre con la inflación, les permite tener otra perspectiva a la hora de pensar en ese flujo de caja, y consecuentemente en inversiones?

- Hay un paradigma que cambió al pasar de una economía sumamente inflacionaria, donde la eficiencia se ahoga en la inflación, y donde hoy al no estar ese factor toda la ineficiencia que hay en todos los niveles de la economía o de las infraestructuras. El fin de la inflación y de una devaluación permanente hace necesaria la búsqueda de la eficiencia para la compañía, pero también para el Estado. ¿Hoy cuántos países en el mundo devalúan para ser más competitivos? Casi nadie. La competitividad tiene que venir también del sector público, que tiene que dar un marco de trabajo. Ahora, hablar es fácil, hacer es es más complicado y esto no se hace de un día para otro, sino con tiempo. Se necesita una estructura positiva, voluntad política, voluntad del sector público y tiempo para que se hagan las cosas. Por todo esto creo que la recuperación va a llegar entre 2026 y 2027. Y más adelante, si somos capaces de mantener esa continuidad, esa mejora económica, vamos a ver frutos importantes en los próximos cinco o 10 años; pero hay que tener paciencia.

- ¿Y qué hay de Uruguay y Paraguay, los otros dos mercados de la región que le toca encabezar?

- En Uruguay invertimos en 2019 en una nueva fábrica de café tostado y molido, en la cual hoy fabricamos para Starbucks América Latina, además de producir el Nescafé para toda la región. Allí tenemos proyectos para exportar a Canadá y Estados Unidos, que se sumarían a Brasil. Y uno tal vez podría decir pero ¿por qué Uruguay? ¿Qué tiene que ver con el café? Es un país que no produce en grano, pero una de las grandes cosas interesantes de Uruguay es que se pueden importar los granos verdes, es decir que no pierden su origen, y se lo puede mezclar y reexportar. Tiene muchas ventajas fiscales que hacen que cuando se importa la materia prima, se la puede transformar y reexportar. Uruguay es un país perfecto para eso ya que tiene un marco que es adecuado para las exportaciones, además de un equilibrio entre el sector público y el privado. Eso es un poco lo que se debería buscar en la Argentina.

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