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Crearon un producto revolucionario, lo venden en más de 100 países y su imperio vale más de US$ 7 mil millones

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Los Rich construyeron un gigante alimentario con una receta que nació en plena guerra y resistió embates judiciales, fusiones y hasta la tentación de cotizar en Bolsa. Hoy, defienden a capa y espada la idea de seguir siendo dueños absolutos de su empresa.

Cada vez que alguien se ofrece a comprar Rich Products —el gigante alimentario de Buffalo, Nueva York, con ventas anuales por US$ 5.800 millones, del que probablemente nunca escuchaste hablar—, su presidente principal y heredero del fundador, Bob Rich Jr., tiene lista una carta modelo para que su asistente la reenvíe.

Según cuenta Rich, la respuesta habitual es: "Decimos: Estimado/a (nombre de la persona), gracias por su interés en nuestra empresa. Rich Products no está a la venta. Atentamente".

Su asistente suele preguntarle si quiere saber quién es el destinatario, pero a él no le importa. "Me da igual", dice el multimillonario de 84 años, mientras se ríe por lo bajo. "¿Qué tiene de malo?", agrega. "La prioridad más grande que tenemos es seguir siendo una empresa privada para siempre", suma su esposa, Mindy, de 68 años, presidenta de Rich's y también de su junta directiva.

La meta principal de Rich es mantener el negocio bajo control familiar absoluto. Lo explica así: "Para tener la libertad de tomar decisiones con rapidez y avanzar más rápido". Su padre, Bob Sr., inventó en 1945 la primera crema batida sin lácteos, tres años antes de que apareciera la más conocida Reddi-Wip, elaborada con productos lácteos. Hoy, la crema batida insignia de Rich se vende en más de 100 países y sigue siendo uno de los productos estrella de un conglomerado alimentario que Forbes valora en más de US$ 7.000 millones. La compañía ofrece desde galletas para panaderías de supermercados y espuma fría que se sirve en cafeterías, hasta masa para pizza usada por pizzerías independientes y cadenas, además de mariscos congelados SeaPak y tortas heladas Carvel. Entre sus clientes frecuentes figuran Walmart, Kroger, Dunkin', Publix, Sodexo y muchos más.

"El crecimiento no es exponencial. No es una línea recta. Avanza paso a paso", sostiene Rich, cuya fortuna Forbes estima en US$ 6.500 millones, a partir de su participación en la empresa y otras inversiones.

La compañía proyecta que sus ingresos anuales alcancen US$ 10.000 millones para 2030. Para alcanzar esa meta, apuesta por ampliar su catálogo con más productos "innovadores" pensados para restaurantes y mayoristas, que ayuden a reducir los problemas relacionados con la mano de obra. Además, planea reformular algunos de sus productos más vendidos para adaptarlos a la era MAHA.

Y se acerca otro cambio importante para Rich's. Al finalizar esta temporada de la NFL, demolerán el estadio de los Buffalo Bills, que en 1973 se convirtió en el primero en vender los derechos de su nombre a una empresa. Bob Sr. fue el único que presentó una oferta y pagó US$ 1,5 millones por un contrato de 25 años. El estadio llevó el nombre de la familia Rich hasta 1997, cuando pasó a llamarse en honor al fundador del equipo, Ralph Wilson, nombre que mantuvo hasta 2015.

"Ahora hay unos 500 estadios en todo el mundo que vendieron sus derechos de nombre. Fue una decisión descabellada", dice Rich. "Pero estuvo bien", señala.

Bob y Mindy, fanáticos de los Bills, aseguran que están entusiasmados con el nuevo estadio, tanto como con el futuro de Rich's en los próximos 80 años. "La semana pasada vi a alguien con una camiseta que decía: 'Todavía le decimos Estadio Rich', y me dio mucha risa", comenta Bob. "Será un motivo de orgullo para todos, incluidos nosotros", expresa.

Hijo de un lechero de Buffalo, Robert E. Rich repartía leche para su padre durante los veranos de su adolescencia y, al graduarse en 1935, fundó su propia empresa lechera. Al poco tiempo, se convirtió en una de las más grandes de la región. Durante la Segunda Guerra Mundial, se desempeñó como administrador de leche en un contexto de racionamiento de productos lácteos. Una llamada inesperada de un agente de compras de un hospital le dio la idea: le contó que estaban usando leches y cremas a base de soja del Laboratorio George Washington Carver, fundado por Henry Ford. Rich visitó el lugar, consiguió los derechos del sistema de producción por apenas un dólar y se propuso desarrollar un aderezo para postres que fuera menos calórico, con mayor durabilidad y, sobre todo, más barato que la nata montada tradicional.

Las latas azules congeladas de crema batida vegetal Rich's fueron un éxito inmediato. En su primer año, 1945, la empresa facturó US$ 29.900, unos US$ 540.000 actuales. Con el fin del racionamiento por la Segunda Guerra Mundial y el aumento del gasto en alimentos en la posguerra, las ventas se dispararon. En 1952, superaron por primera vez el millón de dólares, lo que hoy equivale a unos US$ 12 millones. El negocio siguió creciendo, incluso después de que la industria láctea le iniciara 40 demandas por presunta falsificación de crema. Rich no se dejó intimidar y logró que su producto ganara popularidad en todo el mundo.

"Mi padre solía bromear diciendo que su oficina era la bandeja de un avión", cuenta Bob Jr., quien se sumó a la empresa a tiempo completo en 1963, después de haber pasado los veranos y las tardes posclase trabajando en los muelles de carga de la familia. Su incorporación no fue inmediata: Bob Jr. necesitó ser convencido por su padre. Tenía otros intereses. Había sido arquero suplente del equipo de hockey de la Liga Americana de Hockey de Buffalo, intentó sin éxito entrar al equipo olímpico de 1964 y hasta tuvo entrevistas con la Fuerza Aérea y la CIA. Pero Bob Sr. le propuso algo tentador: construir una planta en Canadá y administrar un presupuesto de US$ 1 millón —unos US$ 10 millones actuales— como presidente de la primera división internacional de la compañía.

El stand de Rich en la feria comercial de la década de 1940
El postre perfecto: Inventado en 1945, el Rich's Whip Topping era menos calórico y más económico de elaborar que la crema batida. Rich Products.

 

Al principio, la relación entre padre e hijo era competitiva. Pero entendieron que formaban un equipo después de que los primeros 2.268 kilos de cobertura producidos en la nueva planta canadiense que lideraba Bob Jr. no se batieran bien. Entonces, él tuvo que dejar el orgullo de lado y pedirle ayuda a su padre.

La primera gran compra de Rich llegó en 1976, el mismo año en que las ventas anuales de la compañía superaron los US$ 100 millones. Ese año adquirieron la marca de mariscos congelados SeaPak por US$ 11,5 millones, y definieron así una estrategia de crecimiento basada en adquisiciones. Dos años más tarde, Bob Jr. asumió como presidente de Rich's. Desde entonces, sumó 60 marcas al grupo. Además, compró el equipo de béisbol Triple A de Buffalo, que atravesaba una crisis, para asegurarse de que la franquicia siguiera en la ciudad. Desde 1983, es dueño de los Buffalo Bisons, el equipo filial de los Toronto Blue Jays.

Más tarde, ese mismo año, Bob Jr. conoció a Mindy en un partido de los Buffalo Bisons. Ella tenía 16 años menos y también venía de una familia con tradición en el negocio de la comida. Su familia, con base en Cincinnati, se dedicaba a vender rosquillas y productos como aros de cebolla crocantes extruidos.

Se casaron —fue el tercer matrimonio de Bob Jr.— y Mindy empezó a trabajar en Rich's el mismo día que regresaron de su luna de miel, en 1985. Ingresó al área de entretenimiento interno de la compañía. Años más tarde descubrió que, tras la venta del negocio familiar por diversos problemas, varias de sus marcas cambiaron de dueño. Incluso, la de aros de cebolla terminó en manos de Rich's. "Habiendo crecido en el sector alimentario, no tenía sentido que, al casarnos, trabajara en otro sitio", comenta Mindy. En 1996, las ventas anuales de Rich's superaron los US$ 1.000 millones.

Bob Jr. asumió la presidencia en 2006, tras la muerte de su padre, que tenía 92 años. Bob Sr. había dirigido la empresa durante 61 años y, hasta el final, llevaba siempre encima un papel gastado con las cifras de ventas anuales. Rich's tuvo ganancias todos los años desde su fundación, y todavía las mantiene. Forbes estimó que, en su último año de vida, la compañía facturó US$ 2.400 millones.

Bob Jr. heredó una fortuna de al menos US$ 1.500 millones. Su hermano menor, David, que se convirtió en sacerdote y se mudó a Jackson, Misisipi, para trabajar en una iglesia anglicana, recibió el resto del patrimonio familiar, valuado en cientos de millones. Su hermana, Joanna, quedó fuera del testamento. Su esposo había demandado dos veces a su suegro, y perdió en ambas.

Cuando Rich's alcanzó los US$ 3.000 millones en ventas anuales en 2013, la empresa inició una nueva etapa de compras. Incorporó la marca patentada de máquinas de batidos F'Real Foods y sumó tres compañías mayoristas de panadería.

Con ese nivel de crecimiento, los Rich tuvieron que hacer un esfuerzo importante para dejar de hablar de trabajo en casa. Incluso juraron que nunca lo harían mientras estuvieran en su barco de pesca. "Diría que lo conseguimos el 80% de las veces", recuerda Mindy. Rich escribió varias novelas sobre pesca, y su libro de 2015, Looking Through Water, que narra la historia de un padre y un hijo distanciados en un torneo de pesca con mosca, fue adaptado al cine con Michael Douglas y se estrenó en septiembre.

Robert Rich Sr. y Bob Rich Jr. otorgan crédito a Rich Products
Buffalo Billing: Hasta su muerte a los 92 años, Bob Rich Sr. siempre llevaba consigo un documento con las ventas anuales de la compañía. En 2006, el último año de su vida, la cifra ascendió a 2.400 millones de dólares. Rich Products.

 

En 2021, cuando las ventas anuales alcanzaron los US$ 4.000 millones, Rich decidió dejar la presidencia del consejo de administración, cargo que había ocupado durante los últimos 15 años, y consideró que Mindy era la persona indicada para sucederle. "Me brindó la oportunidad de asumir un nuevo rol como presidente sénior y me dio una gran alegría ver cómo Mindy despliega su personalidad", afirma Rich.

"Nuestra estrategia de transparencia y autenticidad durante estos tiempos difíciles nos ayudó a generar confianza", añade. "No siempre se puede pintar un panorama idílico cuando la realidad no es tan idílica como uno quisiera", precisa.

Hay algo en lo que los Rich coinciden sin dudar: seguir el principio rector de Bob Sr., que insistía en mantener a la empresa como privada. "Nos dimos cuenta de que las compañías que cotizan en bolsa no podían tener la estabilidad que sí puede tener una empresa privada bien gestionada, con continuidad en el liderazgo y la dirección", expresa.

Ese compromiso con el modelo familiar no implica que Rich's deba seguir siendo gestionada por la familia en el futuro. Durante años, aplicaron una regla clara: cualquiera de sus cuatro hijos que quisiera trabajar en la empresa debía conseguir primero un empleo y un ascenso en otra compañía.

El posible sucesor es Ted Rich, de 56 años, el segundo hijo de Bob. Empezó a trabajar en Rich's en 1995, en el área de ventas, cuando tenía 26 años, y hoy ocupa el cargo de director de crecimiento. También integra el consejo de administración y lidera el consejo familiar. Sin embargo, se muestra cauto cuando le preguntan si está primero en la línea de sucesión: "Cada día, al despertar, pienso en la importancia de la gestión responsable", dice. "Sinceramente, me alegra formar parte de esto y ofrecer mi liderazgo donde pueda. Seguiré apoyando y ofreciendo mi liderazgo en todo lo que sea posible", señala.

"Si no avanzás, no va a funcionar", agrega Ted. "En los negocios no podés quedarte quieto", remarca.

Richard Ferranti, de 65 años, director ejecutivo de Rich's, define el estilo de liderazgo de Bob y Mindy como "sencillo pero eficaz". Hace referencia a una de las ideas centrales que manejan: "No se puede hacer un buen negocio con gente mala". Y comparte una experiencia que lo ayudó a entender mejor ese principio. Ferranti estaba detrás de una adquisición importante, que podía transformar la cartera de productos de Rich's y ampliar de manera significativa su base de clientes. "Sobre el papel, era un punto de inflexión", afirma.

Pero casi al final del proceso, detectaron dos problemas graves. Según recuerda Ferranti: "Si bien las explicaciones y los planes de mitigación de esta empresa cumplían con los requisitos legales y reglamentarios, lo que más llamó la atención fue su falta de interés genuino por el impacto en los clientes y la reputación. Eso nos permitió vislumbrar los valores del equipo directivo, y dado que planeábamos mantener a la mayoría, fue un factor decisivo para abandonar el proyecto. Rechazar algo tan importante fue difícil y fácil a la vez", cuenta.

Otro punto en el que Rich's no está dispuesto a ceder es su ubicación. Rich cuenta que muchas veces reciben propuestas para mudar la sede a "ciudades maravillosas con clima cálido", a menudo acompañadas de beneficios fiscales u otro tipo de incentivos. Pero ni lo considera.

"Somos una empresa de Buffalo", dice. "Vamos a luchar por nuestra comunidad. Y, como dice el dicho: el último en irse, apaga la luz. Si eso ocurre, probablemente seamos nosotros", concluye.

 

*Con información de Forbes US.

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