Esta semana se conoció el compromiso de compraventa de las empresas Garmet y Del Carmen Agropecuaria pertenecientes a Goyaike, compañía del grupo argentino Pérez Companc en Uruguay. Se trata del último negocio que el grupo de alimentos de capitales argentinos tenía en el país tras desprenderse del frigorífico San Jacinto a principios del 2024. El comprador es Agronegocios del Plata (ADP), uno de los grupos agropecuarios más grandes de Uruguay. Esta adquisición supone la compra de más de 16.000 hectáreas, con dos plantas de acopio de granos- en Mercedes y Nueva Palmira- y dos corrales de engorde.
En entrevista con Forbes Uruguay, el director de ADP, Marcos Guigou, habló de las oportunidades que conlleva esta adquisición para la firma, las áreas de negocio más fuertes y su objetivo para los próximos cinco años.
ADP logró en los últimos días la adquisición de Garmet y Del Carmen Agropecuaria, ¿Qué oportunidades le da este negocio?
Generar en conjunto con estas empresas un volumen de producción, de granos y producción de carne vacuna mayor Espacios para colocar insumos y vender semillas, ya que nosotros pretendemos crecer mucho en el contacto con clientes en este rubro.
Es un hito muy relevante para la empresa que venía en franco crecimiento orgánico. Es un salto importante.
¿Qué particularidades tuvo este negocio?
Lo que se vende no es común de encontrar. Son activos muy interesantes, en una zona muy buena del Uruguay en relación a la agricultura. Son activos que se han desarrollado por un montón de años, tienen mucho valor para el que entiende del negocio. A su vez también tiene el expertise de un equipo que está andando, consolidado y con buenas referencias en el mercado. Es una oportunidad de esas que se dan porque hay una decisión de vender por parte del accionista anterior, pero no ocurre muchas veces.
¿Piensan hacer cambios con respecto a cómo venían funcionando estas empresas hasta ahora?
Sí, claramente nosotros tenemos un modelo de negocios en el mismo ámbito, pero que tiene diferencias con ellos y con mucha gente. Tenemos ciertas características como la intensificación agrícola, el foco en la parte de terminación de ganado en base a granos y no tanto en ganadería pastoril. Preferimos comprar el ganado después de ese proceso y no generarlo nosotros.
Hay definiciones distintas en cuanto a cómo hacer la agricultura para mitigar los riesgos de los años que no vienen tan bien. En muchas cosas tenemos una impronta distinta. Pero, por otro lado, en muchas otras podemos encontrar que hay cosas que hacen mejor que nosotros y las vamos a adoptar. Tienen tecnologías logísticas, por ejemplo, que a nosotros nos interesan mucho. Como pasa en el mercado entre empresas que son competidoras hay similitudes, pero también puntos altos de una u otra.
¿Cuáles son los próximos pasos con respecto a la adquisición? ¿Cuándo cree que se van a confirmar las autorizaciones pendientes?
Si, las autorizaciones vienen más que nada por Defensa a la Competencia y también porque hay uso de tierras, hay que informarlo y pasa por una comisión que lo evalúa. No creo que tenga problemas, pero está sujeto a eso. En cuanto a los plazos no es fácil saberlo, lo positivo es que tenemos toda la información y es fácil de ver y auditar.
¿Cuál fue el monto de la inversión?
Prefiero no decirlo.
Con negocios complementarios ADP apuesta a generar eficiencias y diversificar riesgos. ¿Qué área del negocio está más fuerte en la actualidad?
Si se mira por facturación en ADP es producción ganadera, producción agrícola y después servicios. Si lo mirás por rentabilidad en los últimos dos años según el retorno por capital invertido es agricultura, servicios y ganadería. Depende de cómo se mire. Pero en nuestro modelo esos negocios se complementan mucho. Vemos que el negocio de servicios tiene mucho para crecer, en especial por el lado de las semillas. Tenemos una planta de procesamiento en Ombúes de Lavalle y genética cada vez más relevante para el negocio de la soja y el maíz, y también tenemos un porcentaje grande del mercado en trigo. Pero lo principal está en hacer una agricultura muy eficiente, aprovechando al máximo todo lo que se pueda hacer en cuanto a cobertura de riesgo por clima y por precio en los mercados internacionales. Y después el encadenamiento de la producción de granos que tienen menos valor por tonelada (granos forrajeros como maíz, trigo, cebada o sorgo) a la producción de carne o a la terminación de ganado. Es algo que Uruguay está promoviendo y con un acceso cada vez mejor en el mercado.
¿Cuál ves como el principal desafío del agro uruguayo?
La búsqueda permanente de competitividad es el gran desafío que tiene Uruguay.
Estamos en un momento en el que la inteligencia artificial y la tecnología están en todo. ¿Mueve la aguja la innovación en el negocio del agro?
Radicalmente. Nuestro foco todo el día está en prospectar tecnologías innovadoras que tengan una buena relación costo- beneficio y que tengan mucho impacto. Tenemos que ser campeones mundiales de costo bajo por tonelada producida, de grano o de carne. Eso es lo que hace que sigas en el mercado. Nuestro producto va todo a exportación, si sos el campeón mundial de costo bajo por tonelada no te saca nadie del mercado. Tu margen será mayor o menor, pero existís. Si sos caro empezás a depender de otras cosas, por ejemplo de subsidios. Nosotros no tenemos nada de eso por lo tanto cada vez que analizamos tecnología ese criterio es el que te ayuda a decidir de toda la oferta que hay en el mundo qué te sirve. Nosotros elegimos pasando por ese cernidor, si nos ayuda a bajar nuestro costo por tonelada, va. Lo trascendente tiene que impactar en ese concepto.
Hoy ADP es de los grupos agropecuarios más grandes del Uruguay, ¿qué meta te propones para los próximos cinco años?
Uno de los objetivos es lograr que este par de empresas, más las que ya tenemos funcionen al mejor nivel. Hoy, como definición para los próximos cinco años, queremos obtener muy buena performance en todas las empresas y lograr la mayor cantidad de sinergias y externalidades positivas de estas adquisiciones.