El mapa del azúcar en el Río de la Plata sumó una nueva pieza con acento tucumano. El grupo Budeguer, una empresa familiar líder en la producción de caña de azúcar en el norte argentino, concretó la compra del 53,4% de las acciones de Azucarlito, la tradicional refinería uruguaya fundada hace más de ocho décadas en Paysandú. La transacción, que se venía negociando desde hacía más de un año, se formalizó el pasado 24 de octubre, con el nombramiento del nuevo directorio y la transferencia del control accionario.
El gerente general de Azucarlito, Miguel Fraschini, confirmó a Forbes Uruguay que la operación se dio luego de que algunos accionistas históricos expresaran su intención de vender y la familia Fraschini, principal accionista y gestora, decidiera buscar un socio estratégico.
"Fuimos a invitar a un grupo azucarero de origen familiar, con el que ya teníamos una relación de confianza. Así llegamos a Budeguer, que es la primera vez que invierte fuera de Argentina y también la primera vez que acepta tener socios", explicó Fraschini.
Con esta compra, Budeguer pasa a controlar más de la mitad del capital de Azucarlito, mientras la familia Fraschini conserva alrededor del 44% y un pequeño grupo de minoritarios mantiene el resto. Fraschini y el equipo gerencial continuarán en sus cargos, sin cambios en la estructura operativa. "El directorio cambió, pero la gestión y los mandos de área siguen exactamente igual", aclaró el ejecutivo. La familia fundadora seguirá involucrada en la dirección estratégica y en la representación de la compañía en Uruguay.
La operación marca entonces el ingreso del grupo argentino al mercado uruguayo y abre una nueva etapa de expansión regional.
De Paysandú al Cono Sur
La historia de Azucarlito está íntimamente ligada al desarrollo industrial uruguayo. Fundada en 1943, tuvo su primera zafra en 1950 procesando remolacha azucarera. Durante casi medio siglo abasteció al mercado local con azúcar de origen vegetal producido en el litoral. Pero la apertura comercial que trajo el Tratado de Asunción en 1991 cambió el modelo y en 1992 la compañía dejó de cultivar remolacha y se transformó en refinería de azúcar crudo importado.

Desde entonces pasaron 33 años de actividad ininterrumpida, en los que Azucarlito procesó cerca de un millón de toneladas de azúcar crudo. Su operación se expandió especialmente en el último lustro, cuando pasó de refinar unas 30.000 toneladas anuales (su promedio histórico) a más de 60.000 toneladas. Ese salto vino acompañado de un incremento de facturación: de unos US$ 25 millones a US$ 30 millones por año a entre US$ 42 millones y US$ 43 millones en el ejercicio más reciente, afirmó el gerente.
Hasta ahora, la mayor parte del azúcar crudo que utiliza proviene de Brasil (75%), mientras que el resto se importa desde Argentina (25%). Con el ingreso del grupo tucumano, se espera que la proporción del suministro argentino aumente, aportando mayor estabilidad en el aprovisionamiento. "La alianza con Budeguer es estratégica porque ellos son productores, y eso nos garantiza materia prima, además de acceso a financiamiento y sinergias regionales", señaló Fraschini.
Un nuevo ciclo con inversión y exportaciones
El ingreso de Budeguer implica un cambio accionario y también el inicio de un plan de inversiones por US$ 3 millones en los próximos dos años. El programa incluye la adquisición de centrífugas automáticas, filtros prensa, ampliación de la capacidad de acopio y nuevos equipos de movilización de carga, además de proyectos de eficiencia energética dentro de la planta. "El nuevo socio nos facilita el acceso al financiamiento necesario para estas mejoras", dijo Fraschini.
Azucarlito tiene una capacidad industrial que supera la demanda del mercado uruguayo, estimado en unas 100.000 toneladas anuales. Por eso, la estrategia apunta ahora a abrir mercados de exportación. "Nuestro primer mercado natural es Chile, que consume unas 600.000 toneladas por año, seis veces el mercado uruguayo. En el futuro podríamos mirar a destinos del hemisferio norte, como Estados Unidos o Canadá", adelantó el gerente general.
Hoy, la empresa tiene una participación cercana al 60% en el segmento industrial local (azúcar para empresas alimenticias, bebidas y panificación), un nicho que no cuenta con protección arancelaria y compite directamente con las importaciones brasileñas. El mercado minorista (venta al público) mantiene un arancel de defensa, pero representa un volumen menor dentro de su negocio. "Nuestra apuesta es consolidar el liderazgo industrial y ampliar el horizonte exportador", resumió Fraschini.
Tucumán y Paysandú: una alianza estratégica
Para el grupo Budeguer, la operación significa un paso relevante en su proceso de expansión regional. Fundado por la familia del mismo nombre, es uno de los principales grupos azucareros de Tucumán, con producción de caña, molienda, refinación y elaboración de derivados como alcohol y bioetanol. Su incursión en Uruguay es la primera inversión internacional y el primer movimiento fuera del marco 100% familiar que mantenía hasta ahora.
La lógica detrás del desembarco combina integración vertical y diversificación geográfica. Al asociarse con Azucarlito, Budeguer asegura salida regional para parte de su producción de caña, accede a una planta moderna de refinación y se instala en un país con estabilidad institucional y acceso fluido a los mercados del Mercosur.
"Desde su punto de vista, Uruguay es una plataforma interesante. Desde el nuestro, ganamos un socio que conoce profundamente el negocio y comparte nuestra cultura de trabajo", resumió Fraschini.
El gerente general destacó además el componente simbólico de la operación, ya que no es la primera vez que la empresa sanducera tiene participación extranjera. Hasta los años noventa, antes de la salida de la remolacha, Azucarlito había contado con capital francés mayoritario. "Treinta años después volvemos a tener un socio internacional, pero esta vez de la región, con un perfil productivo y complementario", apuntó.