La Baguala, el desarrollo que combina hotel de campo, amenities y un esquema de chacras residenciales en el oeste de Montevideo, cumple 11 años desde la inauguración de su casco principal y diez desde el inicio formal del desarrollo inmobiliario. En ese período, la familia Bameule, propietaria de la totalidad del emprendimiento a través de Mar de Hierbas S.A., superó los US$ 25 millones de inversión acumulada entre compra de tierras, infraestructura y ampliaciones.
El avance del proyecto implica el desarrollo del hotel y el restaurante así como también la comercialización de chacras, un formato que creció en demanda durante la última década. La primera etapa del desarrollo, compuesta por 33 parcelas rurales de entre 3 y 3,5 hectáreas, lleva un 70% de unidades vendidas y 12 familias ya instaladas.

Ahora, La Baguala inició la segunda etapa de ventas, que incorpora otras 34 chacras y requirió nuevas inversiones en infraestructura, entre ellas casi dos kilómetros de caminería interna. Los precios de esta fase mantienen una estructura similar a la inicial con unidades ofrecidas desde US$ 176.000 contado, por debajo del rango de la primera etapa, que se movía entre US$ 200.000 y US$ 600.000.
Según contó a Forbes Uruguay Tomás Bameule, director del emprendimiento, el plan prevé que la comercialización de esta fase demande entre dos y tres años, para luego habilitar el desarrollo de una tercera etapa que completaría unas 112 chacras en total.
Energía propia, servicios y competencia con el éxodo hacia el este
Entre las inversiones recientes destaca la instalación de un parque solar de 150 kW, que abastece al hotel, el restaurant y el salón de eventos, reduce costos operativos y le da mayor autonomía energética. También se realizaron mejoras en accesos, servicios comunes y vigilancia, ya que el predio funciona como un barrio abierto vigilado con más de 80 cámaras y patrullaje interno.
Hoy el complejo cuenta con un conjunto de amenities operativos, entre ellos cancha de tenis, gimnasio, spa, piscina, y un centro ecuestre con 24 boxes. Este ecosistema (al que los propietarios acceden como parte del proyecto) permite que la propuesta funcione sin depender de infraestructura prometida a futuro.
La ubicación del proyecto a 17 kilómetros y unos 20 minutos del centro de Montevideo es uno de los argumentos con los que sus desarrolladores explican la demanda. Bameule sostiene que el oeste ofrece la posibilidad de acceder a terrenos amplios a precios relativamente más bajos que desarrollos del este, sin perder cercanía con servicios urbanos y educativos.
A futuro, espera que la llegada de nuevas familias desencadene una ampliación natural de servicios comerciales en la zona, siguiendo procesos similares a los que vivieron los polos residenciales de Canelones.


