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Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé
Negocios

Luis Ara, el rey del contenido: los secretos de sus negocios con el streaming, cómo exportar creatividad y su deseo de ganar un Oscar

Marcela Dobal Directora de Forbes Uruguay

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Director, productor y guionista, hizo 20 películas y contenidos para gigantes como Netflix. En el género documental encontró "una oportunidad enorme". Está rodando la historia de Ronaldinho y va por más.

14 Julio de 2025 08.30

Tuvo negocios editoriales, gastronómicos y de real estate. Pero desde que Luis Ara (45) se enfocó en Trailer Films, la actividad de su productora se disparó y logró posicionarse en el mundo documental en las plataformas de streaming. Nunca cine estudió, pero el último año rodó la historia de Mercado Libre y la de la famosa presentadora de TV peruana, Laura Bozzo. Ya está filmando la de Ronaldinho y tiene proyectos hasta 2028.

Es productor, director y guionista. Hizo 20 películas y más de 10 se estrenaron en Netflix, en distintos formatos de distribución. Algunos ingresaron en el top 10 de muchos países, como Brasil 2002: La verdadera historia , la serie Andes mágicos o el documental Higuita, El camino del escorpión , que en las primeras semanas acumuló cerca de 4,5 millones de horas de reproducción. También hizo ficción con Togo , título del que fue productor, y en la segunda semana de su estreno en Netflix había acumulado 7 millones de horas de reproducción.

Tercera generación de una familia vinculada a la distribución de películas, del sello Warner Bros en Uruguay, su camino resultó el inverso: crea y proyecta de Uruguay hacia el exterior. Sus rodajes lo llevaron a lo profundo del Amazonas con Perú, Tesoro escondido y hasta la oscuridad de Auschwitz, donde filmó El invierno más frío para National Geographic.

Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé
Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé

Sobre hacia dónde quiere llegar con Trailer Films y el jugoso negocio de los documentales, conversó con Forbes Uruguay.

¿Cuál es tu gran meta para este año?

Este año está funcionando tal como lo esperábamos, con los dos estrenos previstos: el documental de Mercado Libre que se espera que se estrene en MELI Play y el de Laura Bozzo en Vix+. Estamos haciendo dos producciones originales para Netflix, una serie documental de Ronaldinho, que se va a estrenar el año que viene, y otra película que aún no se comunicó y recoge una historia muy especial sobre los mundiales de fútbol. También estamos con una sobre un clavadista mexicano de acantilados para distribuir en plataformas y otra sobre la tragedia de los Andes, pero enfocada desde el lado del deporte y el rugby, que ya está en posproducción.

¿Hacia dónde querés llevar a Trailer Films en el largo plazo?

Estamos con varias cosas para 2026, 2027 y 2028. Vamos marcando hitos, teniendo producciones en los mercados más relevantes de Latinoamérica. Ya lo hicimos en Colombia, Brasil, México y Argentina. Un objetivo importante es en 2026-2027 hacer una serie documental muy grande en EE.UU., de Trailer Films para el mercado americano, que nazca ahí y se estrene en todo el mundo.

¿Cuánto cuesta hacer un documental?

El costo es tan variable como el de hacer un auto. Va de US$ 200.000 a US$ 5 millones. No es lo mismo una película donde te da el material de archivo el protagonista, porque lo filmaba con su cámara, que tener que licenciar con los dueños de los derechos. No es lo mismo si es un personaje superconocido por el que paga derechos de imagen, que una persona y una historia sin fama ni reconocimiento mundial. También está lo técnico... Hoy podés hacer un documental con US$ 10.000 con tu celular, pero ese no es el estándar de calidad que compran las plataformas. Otro elemento superimportante es el talento. No es lo mismo tener un director que nunca hizo nada que uno que ganara un Oscar.

¿Con qué presupuestos se sienten cómodos ustedes?

Con Trailer hicimos documentales de entre US$ 300.000 y US$ 5 millones. Somos una productora boutique, pero algunos de nuestros proyectos fueron grandes y bien ambiciosos. Hacemos entre cuatro y cinco proyectos grandes por año que facturan de US$ 1 millón a US$ 3 millones cada uno.

¿Cómo las finanzas?

Es muy difícil que alguien haga una ficción o un documental si no tiene asegurados los derechos de distribución de una manera u otra, ya sea a través de una licencia o a través de producción original. Es un riesgo muy alto invertir US$ 2 millones sin saber si alguien te lo va a comprar.

¿Cómo acordás con las plataformas de streaming?

En ese mundo (sea Netflix, Prime, Max, Disney o la que sea), hay tres modelos de negocio bastante categorizados. En uno, el productor tiene la película producida e intenta conseguir la distribución en la plataforma, le vende la licencia por un tiempo determinado, cantidad de países y con determinada condición de exclusividad o no. Otro modelo es la coproducción, cuando está el proyecto iniciado y la plataforma se involucra para apoyarlo económicamente, pero sin medirse tanto en la parte editorial y creativa. La tercera forma es la producción original. Les presentás una idea, les gusta, te dicen que la quieren producir contigo y te compran en el paquete de producción los derechos de esa obra. Es como que te contratan para hacer tu propuesta. Ponen todo el dinero, todo el proceso de producción es en conjunto y se involucran mucho más en lo creativo. En nuestro caso, Andes mágicos fue una licencia, pero Andes mágicos 2 ya fue una original, al igual que Higuita, El camino del escorpión .

Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé
Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé

¿Qué es un buen trato y un mal trato?

Un buen trato no siempre es el que te hace ganar más dinero; a veces es el que te permite tener una ventana de distribución más amplia o mejor. O estar en la ventana correcta. No todas las ventanas son para todas las películas.

¿Cómo logras que Netflix te preste atención?

Cuando distribuimos en salas la tercera de nuestras películas, sobre el piloto uruguayo "Gonchi" Rodríguez, nos fue muy bien, vendimos con patrocinadores, hicimos todo el plan de financiamiento y ya habíamos abandonado la ilusión de que fuera a una plataforma... Pero un gran amigo que tenía en aquella época, un ex Warner, estaba trabajando en Netflix y vio el tráiler que compartí en Facebook. Le encantó y nos ayudó a presentarlo. Así Gonchi: la película , que fue muy importante para el mercado local, pudo ser estrenada en Netflix a nivel mundial.

¿Cuánto se puede ganar haciendo películas para las plataformas?

Mucho. A veces no va tanto en la cantidad sino en la rentabilidad de los proyectos. Algunos facturan US$ 10 millones, pero su rentabilidad fue un 10%, y otros facturan US$ 2 millones y la rentabilidad fue un 50%. Eso varía mucho. Pero, definitivamente, se pueden hacer muy buenos negocios. En el género documental hay una oportunidad gigante: hay gran avidez por comprar esos contenidos, porque funcionan muy bien. A la gente hoy le da lo mismo ver una serie documental de un asesinato real en EE.UU. UU. que una serie de ficcion.

Sos director, productor, guionista y dueño de la productora. ¿Cómo son tus números?

Los proyectos en los que me involucran full son muy rentables. Pero si un proyecto, por ejemplo, tiene el 40% de rentabilidad, eso no es la rentabilidad de la productora, es la rentabilidad de Luis en su contexto; es diferente.

¿No cobrarás un sueldo por esos roles?

No. Financieramente estoy ordenado y no necesito un sueldo. Me manejo por proyecto y busco que sea lo más rentable posible. En cada proyecto asigna un caché a cada rol. Desde que hace 5 o 6 años me abrí de muchos otros negocios que tenía y me enfoqué en la productora, la productividad aumentó enormemente. Antes hacíamos una película por año; hoy hacemos entre cuatro y cinco proyectos en simultáneo.

Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé
Luis Ara, cineasta, fundador de Trailer Films. Foto: Leonardo Mainé

No estudies cine. ¿Sentís que sos "el distinto" en la industria?

Me siento sapo de otro pozo. En las carreras más creativas y artísticas, la validación y la aprobación son muy importantes. Si nadie quiere ver tu película, vas a fracasar. Con Trailer logré que nuestros proyectos sean muy aceptados y vistos. No fui a una escuela de cine formal, pero nací en una familia en la que se resspiró, comió y bebió cine desde que nací. También manejé el marketing y distribución de Warner Bros durante más de 15 años. Tengo un trasfondo del negocio muy fuerte.

De joven jugaba al rugby. ¿Qué habilidades desarrollaste que te sirven como empresario?

Fue mi escuela más importante. En los negocios tengo mucho más que ver con mi yo jugador de rugby que con el estudiante de administración de empresas o el que iba a ver películas con mi abuelo. Me enseñé que el esfuerzo y el sacrificio llevan a resultados, y que el respeto de todas las personas que te rodean, incluido el rival, es importante. A mis competidores en la industria les tengo un respeto enorme, y si me piden una mano, la doy.

A tu equipo al principio le tocaba perder por muchos puntos los partidos...

Aprender a perder en mi negocio es súper importante. Estás toda la vida pensando en proyectos que dependen de que alguien te diga "sí" o "no". Acepto los "no" de la misma manera que, después de comerme 50 puntos un sábado, iba el martes a entrenar para volver a jugar al otro fin de semana. Mi equipo los primeros años perdía todos los partidos y terminamos jugando las finales.

¿Cuál fue el "no" que más te costó?

Con un gran amigo, Alejandro Berger, hicimos la película de Greg Long, un surfista de olas gigantes... Estábamos por distribuirla con una plataforma muy importante. Por distintos motivos fue quedando para después y nunca se estrenó a nivel global. Tengo muchos "no" en mi carrera. De las 100 carpetas de proyectos que escribí, concreté 20. Son proyectos escritos, diseñados, presentados, viajando a Los Ángeles... y no salir.

¿Cómo mides el éxito de tu trabajo?

Hay dos aspectos para mí. Me gusta que mis películas tengan un propósito, no solo dinero o reconocimiento. Trato de que tengan un significado. Mi primera película fue sobre donación de órganos porque, a raíz de la muerte de mi madre, yo quería generar conciencia sobre ese tema. El otro aspecto pasa por la concepción de arte y el mercado.

¿Te refieres al aspecto comercial?

Si. Pienso que arte y mercado están estrechamente relacionados. No conozco un artista que guarde su cuadro en un cartel o que se quede con su película en su computadora. Y, una vez que la mostrás, es imposible que no te interese que la gente la haya visto. Después está la retroalimentación que eso provoca. Si te genera ingresos, tienes más posibilidades de mañana comprarte otro lienzo, óleos... Así funciona. Eso en el cine aplica también.

¿Qué significan los premios para vos?

No les di mucha bola. Hay que invertir mucho tiempo para presentar una película en festivales y, como quiero ganar un Oscar, necesito correr muy rápido hacia ahí. Dejar una película frenada un año por ese objetivo no tiene sentido. Quiero estrenarla y tener la plata, recursos y tiempo para ya estar haciendo otra. Mi foco es producir y hacer, no los premios.

¿Pero el Oscar sí?

El Óscar es diferente. Sería como ser campeón y traerle un título del mundo a Uruguay. Me encantaría estar en ese lugar exclusivo y de privilegio. Si voy a soñar, quiero ganar un Oscar.

Juan Antonio Bayona, director de La Sociedad de la Nieve , dijo que el idioma de por sí es una barrera, ¿se puede seguir soñando con eso?

Técnicamente no está dicho que sea solo para la industria de Hollywood, aunque está bastante asociado. Hay dos lugares a los que se puede apuntar: mejor película extranjera y mejor documental. Es muy difícil, pero mientras no sea imposible, trabajo para lograrlo.

¿Cómo puede impactar la IA en la industria?

Es una herramienta que está a disposición del cine. No sé si evitaremos que nos suplante, pero creo que la parte creativa y más vinculada a la sensibilidad será la última en ser conquistada. Es muy difícil que una máquina imite esa parte del proceso creativo, porque imita siempre para atrás.

¿Uruguay puede apostar a ser un "hub" audiovisual?

Cien por ciento. El desafío para ser realmente un "hub" de producción a nivel regional y global es atender todas las verticales del negocio. Hoy brindamos muchos servicios y estamos a la altura. Es muy difícil que exista la producción nacional para el exterior si no existen los servicios, que dan volumen y así mantienen a una fuerza de recursos humanos especializándose y una infraestructura disponible. Eso es clave, pero también hay que crear contenidos originales y ser relevantes creativamente a nivel internacional.

¿Qué tipo de historias se pueden crear desde Uruguay?

Cualquier historia universal, lo que no quiere decir que debe ser una historia uruguaya. ¿Por qué no hacer un verdadero crimen sobre algo que pasó en México? Nosotros hicimos Higuita y es una película uruguaya con una historia colombiana. La creatividad nació aquí. Si estuviéramos esperando que alguien de Colombia quisiera hacer Higuita , tenemos muchas menos posibilidades de que traiga el capital a Uruguay. El gran objetivo a nivel país debería ser desarrollar la creatividad con la misma fuerza que los servicios.

Fotos: Leonardo Mainé

*Este artículo fue publicado originalmente en la edición impresa de Forbes Uruguay de Junio de 2025. Para suscribirte y recibirla bimestralmente en tu casa, clic acá.

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