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De Argentina y Chile al mundo: el auge de los emprendedores que reinventan la cultura cannábica

Javier Hasse

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Empresas surgidas en rincones de Chile y Argentina crearon una identidad distinta para pipas, papeles y accesorios que viajan de la mano del diseño latinoamericano. Sin grandes presupuestos ni padrinazgos, conquistaron ferias globales y reescriben el relato sobre el consumo con estética, oficio y confianza en su historia.

5 Julio de 2025 08.00

En Latinoamérica, el cannabis significó desde hace mucho tiempo materia prima: plantas, mano de obra y sol. Una región donde cultivar, no un lugar desde el que cultivar. Sin embargo, algo cambió.

En zonas de Chile y Argentina, una nueva generación de emprendedores construyó marcas con carácter. Lo hicieron sin capital de riesgo, sin rostros famosos ni atajos. Solo visión, la camisa arremangada y un instinto para el diseño. Dieron presencia a cosas que antes permanecían en la sombra: papel de armar, envoltorios de porros y pipas de cerámica.

Un universo de rarezas con mascotas ilustradas, tubos y bandejas de colores caramelo. Pipas artesanales que cualquiera dejaría en su estantería. Así se presenta la cultura del cannabis, reinventada en el Sur.

Según Grand View Research, el mercado global de accesorios para fumar —que incluye vaporizadores, papeles de armar, pipas de agua, encendedores y otros productos— tuvo un valor aproximado de US$ 66.800 millones en 2022. Se proyecta que alcanzará los US$ 91.900 millones en 2030.

Si bien Asia Pacífico lidera en ingresos y crecimiento, América Latina se mantiene como un contribuyente menor. La infraestructura limitada y los canales minoristas fragmentados dificultan la construcción de marcas a gran escala.

Así que estas marcas, nacidas en las capitales culturales de Sudamérica y criadas por hermanas, artistas y emprendedoras autodidactas, miran hacia el exterior. Llegaron a Berlín, Barcelona, Los Ángeles y Bangkok. Buscan vender y, sobre todo, ser vistas. Quieren demostrar que el diseño latinoamericano de cannabis tiene algo que decir y que se traduce.

Wraps pastel, orgullo cannábico y el poder de lo lindo

Soulblime nació en un "hogar cannábico". Las hermanas GelmanAlanis, productora de profesión, y sus dos hermanas, Aeleen y Karin, ambas psicólogas— crecieron en Chile rodeadas de papel de armar, encendedores y envoltorios de blunts. Su padre dedicó 25 años a distribuir marcas como OCB y Clipper en la región. Su madre era artista.

"En cierto modo", dice Alanis, "nacimos en la industria. Simplemente no sabíamos que acabaríamos aquí", agrega.

Las hermanas Gelman
Las hermanas Gelman - Cortesía de Soulblime.

Frustradas con sus carreras formales e inspiradas por su crianza, las tres hermanas crearon Soulblime para llenar lo que percibían como un vacío en el mercado: belleza, delicadeza e identidad.

"La mayoría de las marcas parecían oscuras, agresivas y masculinas", dice Alanis. "Queríamos algo de lo que pudieran enorgullecerse, algo bonito, bien diseñado y con una gran resonancia emocional", señala.

El nombre, una variación de "sublime", alude a la misión de la marca de elevar y embellecer el acto de consumo.

Soulblime
 

Hoy, Soulblime vende envoltorios de blunts con sabores frutales, tubos de reserva coloridos, bandejas para armar y estuches coleccionables. Todo aparece en tonos pastel y estampados psicodélicos. Sus empaques se parecen más a papelería independiente que a parafernalia de drogas, y esa es la clave.

"Cuando sostenés algo hermoso, lo llevás con orgullo", explica Alanis. "Cambia tu percepción del tabaco. Se convierte en un ritual, no en un vicio", indica.

La marca creció muy rápido, quizás demasiado. En solo tres años, Soulblime se lanzó en ocho países: Chile, Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Costa Rica, España y Alemania. El equipo expuso en ferias europeas de cannabis como Spannabis y Mary Jane Berlín. Sin embargo, el éxito no derribó las barreras.

"Hay un desafío logístico", dice Alanis. "Estamos ubicadas lejos, y eso hace que la gente dude. No siempre confían en un proveedor de Chile", añade. Si a eso se suma que son un equipo de jóvenes latinas, el prejuicio se profundiza. "La gente asumía que no íbamos en serio, que solo estábamos jugando. Incluso en las exposiciones, le hacían preguntas al hombre que estaba a mi lado", remarca.

Aun así, el mayor obstáculo no fue externo, sino psicológico. "Tuvimos que convencernos de que pertenecíamos", dice. "Al estar en una sala llena de marcas globales, empezás a preguntarte: '¿Somos lo suficientemente buenas?'", agrega. Esa mentalidad cambió gracias al apoyo de clientes, amigos y otros emprendedores. "Nuestra red nos ayudó a creerlo", expresa.

Más allá de la estética, Soulblime forma parte de un cambio cultural más amplio. "Hay una ola de autoexpresión en todo el mundo: en la ropa urbana, en el maquillaje, en el lenguaje", dice Alanis. "El cannabis debería formar parte de eso. Es hora de estar orgullosos de lo que usamos. Ya no es algo que ocultar", declara.

Su público objetivo no son solo los grandes consumidores. "Nos enfocamos en quienes fuman una vez al mes y quieren que se sienta especial", explica. "No se trata de ser el más empedernido; se trata de sentirse bien con lo que tenés en las manos", sostiene.

El camino de Soulblime incluye consolidarse en Europa, lograr una presencia más profunda en América Latina y sortear el laberinto regulatorio de la distribución transfronteriza de parafernalia.

"Seguimos siendo independientes. Sin inversores externos. Sin atajos", dice Alanis. "Pero creemos en lo que hacemos. Este también es nuestro mundo", detalla.

El circo extraño que dio la vuelta al mundo

En 2006, el empresario argentino Federico Budasoff se enfrentó a un desastre de fabricación. Su marca original de papel de armar, Lion Papers, volvió de producción con un detalle crucial faltante: la tira adhesiva. Se vio obligado a desechar el lote y empezar de cero. Sin embargo, en lugar de irse, renovó su marca.

"No quería perder 'Lion'", dice. "Tomé 'Rolling Circus' de un álbum de los Rolling Stones que tenía por ahí", cuenta. El nuevo nombre se consolidó, al igual que la idea de construir una marca con vuelo propio, personalidad y estilo.

Circo rodante de leones
 

En una época en la que el papel de armar era genérico y el empaquetado quedaba como una idea de último momento, Budasoff hizo algo que pocos intentaron. Convirtió el producto en arte.

"Fuimos los primeros en usar empaques kraft auténticos para el papel de armar marrón", dice, refiriéndose al material duradero y sin blanquear que se usa comúnmente en empaques ecológicos. "Otras marcas usaban impresiones de estilo kraft, pero no el papel en sí", sostiene.

Con el tiempo, el universo de la marca evolucionó hasta parecerse a una secta. Con personajes de circo dibujados a mano —a partes iguales grotescos y adorables—, Lion Rolling Circus pasó a ser algo más que una empresa de papel. Se transformó en una marca coleccionable, con cabezones, merchandising, cómics y tatuajes de fans.

"Hay más de 100 personas con nuestros personajes tatuados", dice Budasoff. "Es una locura", agrega.

Cabezones del circo rodante de leones
 

Pero llegar hasta ahí no fue fácil. La empresa es totalmente independiente: no tiene inversores externos ni pertenece a ningún holding.

"El primer reto es el dinero", dice Budasoff sin rodeos. "El segundo es el tiempo: la energía para viajar por el mundo y mostrar lo que hacemos. Se necesita marketing de guerrilla. Hay que estar presente, hablar con la gente, estrechar manos", cuenta.

En 2015, comprendió que si Lion Rolling Circus quería tener alcance global, debía actuar como una marca global.

"Las redes sociales no eran lo que son hoy", dice. "Sabía que la única manera de que la gente nos descubriera era contactándola", menciona.

Así que vendió su casa, voló a Denver con su primo como traductor y empezó a montar stands en todas las exposiciones de cannabis que encontraba.

Actualmente, Lion Rolling Circus está presente en casi 30 países, incluidos Estados Unidos, gran parte de Europa, Brasil, México y Tailandia, donde la marca posee y opera cuatro dispensarios locales.

Dispensario Lion Rolling Circus en Tailandia
Dispensario de Lion Rolling Circus en Tailandia - Cortesía de Lion Rolling Circus.

Más allá de sus accesorios de culto y su presencia global, la compañía cerró una colaboración destacada en 2023 con los Rolling Stones. Lanzaron una línea de accesorios para fumar de edición limitada —envoltorios de cáñamo, papel de armar, bandejas, filtros pre armados y encendedores— adornada con el icónico logo de la banda, "Lips and Tongue". Este lanzamiento, disponible solo en mercados internacionales selectos, reforzó la audacia creativa y el alcance cultural de la marca. Aportó una dosis de mitología del rock & roll al ritual de fumar.

Budasoff atribuye el crecimiento a una combinación de calidad, personalidad y presencia.

"No es normal ver a un fundador de marca trabajando en el stand de una feria", dice. "Pero la gente lo recuerda. Somos un circo de fenómenos y la gente siente la conexión", sostiene.

El objetivo es ambicioso. "Quiero que Lion sea la sexta marca mundial de papel de armar", dice Budasoff. "Después de OCB, Rizla, RAW, Smoking y Gizeh. Ese es el nivel al que aspiramos, y lo hacemos a nuestra manera", remarca.

Feminismo cerámico y un nuevo lenguaje para los objetos de cannabis

¿Y si tu pipa no pareciera una pipa? ¿Y si pareciera arte?

Esa fue la pregunta que se hicieron Florencia y Javiera, dos hermanas chilenas, al crear Doble Reina, una línea de accesorios para fumar de cerámica hechos a mano, pensados no solo para usarse, sino también para exhibirse.

Su proyecto nació de la frustración con lo que consideraban una industria unidimensional.

"Todo parecía tosco, masculino, estandarizado", dijeron en una entrevista de 2024. "Nos dimos cuenta de que había todo un grupo de personas, especialmente mujeres, que no se sentían representadas", señalaron.

Doble Reina Pipes
Doble Reina Pipes - Cortesía de Doble Reina.

Javiera, diseñadora que estudió en Nueva York, encontró inspiración en una pequeña boutique de Manhattan atendida por dos ancianos defensores del cannabis.

"Allí todo invitaba a tocar, a quedarse, a sentirse como en casa", dijo.

Ese recuerdo se transformó en la inspiración para Doble Reina: piezas táctiles, cálidas, ambiguas y profundamente personales.

Cada pieza, desde pipas hasta burbujeadores y frascos para guardar marihuana, está hecha a mano en Chile. El objetivo es replantear el consumo de cannabis no como algo que se deba ocultar, sino como algo que se pueda vivir con orgullo.

Cenicero Doble Reina
Cenicero Doble Reina - Cortesía de Doble Reina.

"No deberías tener que esconder tu pipa cuando llegan visitas", argumentan las hermanas. "Si lo hacés, estás reforzando el estigma. Nuestras piezas están hechas para estar en tu estantería, como cualquier objeto que te importe", dicen.

Tras dos años de investigación y desarrollo, además de una serie de eventos locales —muchos con críticas o prohibiciones absolutas—, Doble Reina llegó al mercado estadounidense. Desde entonces, consiguieron una clientela fiel, gracias en parte al boca a boca, a las redes feministas de cannabis y a una filosofía de diseño inflexible.

Su estética caló hondo entre madres, creativos y consumidores primerizos que buscan algo elegante y discreto.

Pero construir una marca de cannabis, incluso una línea de accesorios legales, no fue fácil.

"No se puede confiar en el marketing tradicional", dijo Javiera. "Contactamos con 20 agencias y 15 nos dijeron que no trabajarían con una marca de cannabis", detalló.

Los bancos, los procesadores de pagos y las plataformas publicitarias presentaron desafíos. El equipo tuvo que ser creativo y buscar soluciones por su cuenta.

Doble Reina Bubbler
Doble Reina Bubbler - Cortesía de Doble Reina.

A pesar de las barreras, la misión se mantiene firme: cambiar la percepción del cannabis, en Chile y en el extranjero.

Los fundadores describen su tarea como "microactivismo": transformar mentalidades en una sala, en una mesa de centro o en una conversación a la vez.

También esperan recibir a quienes se mantuvieron alejados de la cultura del cannabis durante mucho tiempo.

"No se trata solo de drogarse", dice Florencia. "Se trata de crear momentos hermosos y tener herramientas que se adapten a tu vida. No necesitás fumar a diario para formar parte de este mundo", agrega.

Ahora disponible en Estados Unidos, con una base de seguidores internacionales que no deja de crecer, Doble Reina representa una revolución silenciosa pero deliberada en la estética del cannabis. Está arraigada en la artesanía, la identidad y el cuidado.

La ola de cannabis latina no se detiene

La ola de diseño latinoamericana no se limita a estas tres marcas. Otras compañías empiezan a mostrar ambición global, cada una con su propia voz y una estrategia distinta.

Calvo Glass, una marca chilena especializada en cristalería premium y accesorios para dab, ahora vende en Estados Unidos, Europa y México gracias a su presencia en redes sociales y a lanzamientos de productos seleccionados. Con un fuerte compromiso con la calidad y el diseño, Calvo atiende a consumidores experimentados de extractos que buscan estilo y rendimiento.

OZeta
 

OZeta, fundada por el emprendedor chileno Oscar Zárate, empezó como un proyecto de tesis universitaria y creció hasta convertirse en una empresa multinacional. La marca ofrece bolsas antiolor, accesorios para fumar y artículos de estilo de vida pensados para consumidores de cannabis discretos y con sensibilidad estética.

Actualmente, OZeta distribuye en Chile, Argentina, México y España, y se prepara para llegar a más mercados.

Desde Colombia, Stardog Loungewear adopta una mirada centrada en el cáñamo aplicado a la moda. La empresa, especializada en zapatillas y ropa sostenibles confeccionadas con textiles de cáñamo, llegó hace poco a Macy's. Se convirtió en una de las primeras —si no la primera— marcas latinoamericanas enfocadas en el cáñamo que ingresaron a una tienda departamental importante en Estados Unidos.

Ropa de estar por casa Stardog
Stardog Loungewear.

Si bien estas empresas quizá no tengan todavía la misma huella cultural que Soulblime o Lion, representan algo esencial: el comienzo de un ecosistema más amplio, donde la cultura cannábica latinoamericana viaja no solo con productos, sino con propósito.

Un nuevo lenguaje global para el cannabis

Lo que une a estas marcas no es solo la geografía, sino su intención. Nacieron lejos de los centros financieros de la industria, pero se forjaron como algo que vale la pena destacar. Sin fórmulas. Sin fanfarrias. Solo un diseño audaz, una identidad clara y la voluntad de no mezclarse.

Su éxito no se refleja en las presentaciones de resultados. Se refleja en las mesitas de noche, las mesas de centro y las estanterías abiertas. En Berlín, Barcelona o Los Ángeles, alguien camina con periódicos de temática circense, guarda envoltorios de papel en tonos pastel en un estuche brillante o enciende un burbujeador de cerámica que parece una escultura.

El mercado de accesorios para cannabis crece con fuerza. Y estas marcas saben que quedarse en el mercado local no es una opción.

La distribución, la escala y la relevancia a largo plazo dependen de nuevos públicos, y los encuentran. No imitan lo que funciona en otros lugares, sino que exportan algo completamente propio.

Desde Santiago y Buenos Aires, no solo envían productos. Exportan una perspectiva: la que afirma que la cultura del cannabis puede ser hermosa, peculiar, feminista, ruidosa y orgullosamente latinoamericana.

 

Nota publicada por Forbes US

 

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