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OpenAI pierde US$ 15 millones diarios por cada video de 10 segundos hecho con Sora

Phoebe Liu

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La aplicación de inteligencia artificial que convirtió en virales millones de clips absurdos enfrenta un dilema millonario: sus usuarios juegan, pero la compañía financia la diversión a pérdida. Mientras el negocio real todavía no aparece, el gasto crece sin freno.

11 Noviembre de 2025 16.00

Para una empresa que quema más del doble de lo que gana, OpenAI está aplicando con entusiasmo algunas formas tan ingeniosas como imprudentes de acumular pérdidas. Valuada en US$ 500.000 millones, la compañía de inteligencia artificial proyectó el jueves una tasa de ingresos anuales recurrentes de US$ 20.000 millones. Todo suena bien hasta que se recuerda que perdió más de US$ 12.000 millones en el último trimestre.

El 30 de septiembre, OpenAI lanzó su aplicación de creación de videos Sora para iOS, la plataforma de Apple. A pesar de haber sido un lanzamiento solo por invitación, alcanzó 1 millón de descargas en una semana. Eso bastó para generar una cobertura entusiasta y una oleada de videos generados por inteligencia artificial: desde escenas de cámaras de seguridad Ring, hasta celebridades fallecidas tirándose gases sin razón aparente, pasando por publicidades perturbadoras de cadenas de compras por televisión. Para Halloween, la aplicación ya se había descargado 4 millones de veces, según AppFigures, y generaba millones de videos de 10 segundos por día.

¿Cuánto dinero está invirtiendo OpenAI en este torrente de videos absurdos? Más de US$ 5.000 millones al año, o unos US$ 15 millones por día, según estimaciones de Forbes y conversaciones con expertos. Cuando Bill Peebles, director de Sora en OpenAI, dijo el 30 de octubre que "la economía es actualmente completamente insostenible", tenía razón.

Esas cifras requieren algo de contexto y vienen acompañadas de algunas aclaraciones. OpenAI se negó a compartir datos específicos sobre el uso de Sora y tampoco comentó las estimaciones publicadas por Forbes. Por eso, los cálculos se basan en proyecciones y objetivos cambiantes, como los precios de las GPU, la eficiencia en la inferencia, la cantidad de usuarios y el volumen diario de videos generados.

Aun así, es posible hacerse una idea del costo total. Los modelos de video, como Sora 2, son mucho más caros que sus equivalentes de texto, como GPT-5, porque procesan datos mucho más complejos. Para quienes acceden de forma masiva a los modelos de OpenAI a través de su API, GPT-5 cuesta unos US$ 10 por cada 750.000 palabras. Sora 2 es bastante más complejo: necesita procesar datos en cuatro dimensiones —tres espaciales más el tiempo— y garantizar que las acciones tengan coherencia a lo largo de decenas de fotogramas por segundo. Generar un video de 10 segundos —la duración estándar de un clip de Sora, que cuesta un crédito de "generación de video"— le insume a OpenAI aproximadamente US$ 1,30, según el analista Deepak Mathivanan, de Cantor Fitzgerald. AJ Kourabi, de SemiAnalysis, coincidió en que esa cifra "parece razonable", aunque también depende de qué modelos de Sora se utilicen, ya que algunos demandan más capacidad.

El cálculo de Mathivanan parte de que cada video necesita unos 40 minutos de uso total de GPU, o entre 8 y 10 minutos si trabajan cuatro GPUs en simultáneo, y que el alquiler de una GPU cuesta algo menos de US$ 2 por hora. Suponiendo que OpenAI todavía no aplica un margen de ganancia en el precio de su API, la estimación se sostiene: hoy la empresa cobra US$ 1 por un video de 10 segundos generado con Sora 2, y US$ 3 por usar el modelo más avanzado, Sora 2 Pro.

¿Cuánto dinero está invirtiendo OpenAI en este torrente de videos absurdos? Más de US$ 5.000 millones al año, o unos US$ 15 millones por día, según estimaciones de Forbes y conversaciones con expertos.
¿Cuánto dinero está invirtiendo OpenAI en este torrente de videos absurdos? Más de US$ 5.000 millones al año, o unos US$ 15 millones por día, según estimaciones de Forbes y conversaciones con expertos.

 

Después está la cuestión de cuántos videos generan los usuarios en Sora. El número varía mucho y todavía no se sabe con certeza si los usuarios seguirán volviendo ni cuándo OpenAI dejará de ofrecer acceso gratuito a la creación de videos con inteligencia artificial. Pero si se toman los 4,5 millones de usuarios estimados de la aplicación Sora y se asume, como plantea Kourabi, que el 25 % publica un promedio de 10 videos por día, el resultado es 11,3 millones de videos diarios. Multiplicado por US$ 1,30 por video, eso da casi US$ 15 millones al día, o US$ 5.400 millones al año. (Esa cifra no contempla los videos que Sora descarta antes de ser publicados por considerarlos infractores ni los borradores que consumen créditos, pero nunca se publican).

Permitir que cualquiera genere videos con Sora de forma gratuita es una jugada riesgosa, aunque no poco común en el mundo tecnológico. OpenAI busca ganar cuota de mercado y visibilidad a costa de pérdidas, con la esperanza de que la cantidad de usuarios reduzca los costos y que, una vez que empiece a cobrar, los ingresos crezcan.

"Es una estrategia clásica de internet no centrarse tanto en los costos al principio, sino construir una audiencia y generar interacción, porque vimos una y otra vez que estas empresas pueden encontrar formas de monetizar esa interacción", señala Lloyd Walmsley, analista de Mizuho que sigue de cerca a Meta y Google.

Tanto Walmsley como Mathivanan coinciden en que la cantidad de minutos de GPU necesarios para generar un segundo de video va a disminuir de manera exponencial con el tiempo. Mathivanan estima que el costo de inferencia para modelos de video podría ser cinco veces menor el año que viene, y hasta tres veces más barato que eso en 2027.

Por ahora, se trata de una ambiciosa carrera por ganar cuota de mercado que, en teoría, prepara el terreno para una monetización agresiva más adelante. Aunque el CEO de OpenAI, Sam Altman, señaló que un modelo basado en publicidad no alcanzaría para cubrir los costos de computación de Sora en este momento, tal vez una combinación entre anuncios y usuarios avanzados —como cineastas o productores de publicidades televisivas— dispuestos a pagar un precio alto por el producto, sí lo permita. Las generaciones gratuitas también le permiten a OpenAI usar los datos de quienes no eligen salir del sistema para seguir entrenando sus modelos, que necesitan videos acompañados por descripciones escritas por humanos (las indicaciones de texto).

Eso podría mejorar el rendimiento de sus productos en el futuro o darle una ventaja frente a competidores. Kourabi cree que los márgenes de OpenAI, una vez que el video se empiece a monetizar, estarían en un punto intermedio entre los de Meta y Google. Por último, como con cualquier gasto operativo, OpenAI puede usar los costos de computación para ejecutar Sora como una forma de reducir su carga impositiva, restándole a los ingresos futuros —que ahora sí tributan, ya que la empresa tiene fines de lucro— los costos actuales.

A pesar de los beneficios potenciales, los costos crecen tan rápido que OpenAI ya anticipó que planea reducir pronto el volumen de generación gratuita de videos con inteligencia artificial. Como dijo Altman en una entrevista con Stratechery en octubre: "Hay tanto uso donde la gente simplemente crea memes divertidos para enviar a sus tres amigos y no hay ningún modelo publicitario que pueda soportar el costo de ese tipo de mundo".

 

*Con información de Forbes US.

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