No alcanza con saber usar ChatGPT: qué demostrar en una entrevista para sorprender sobre tus skills con IA
Dra. Diane Hamilton Colaboradora
Dra. Diane Hamilton Colaboradora
Cuando los líderes dicen que quieren conocimientos en inteligencia artificial, suena simple. Entonces, muchos candidatos incluyen una lista de herramientas en el currículum. Sin embargo, los responsables de contratación buscan mucho más que habilidades técnicas. Quieren personas curiosas, con pensamiento crítico, criterio propio y que sepan usar la inteligencia artificial para generar valor real. Un estudio reciente reveló que más de un tercio de los ejecutivos planea incluir habilidades en inteligencia artificial como parte de las decisiones de contratación y las evaluaciones de desempeño en los próximos doce meses. Ese dato muestra cuán rápido cambian las expectativas en el mercado laboral. Los candidatos no pueden tratar el conocimiento en inteligencia artificial como un adorno en el currículum. Tienen que demostrar qué pueden hacer con ella. Ahora bien, ¿cómo hacerlo en un currículum o en una entrevista de trabajo, y qué implica realmente?
Para demostrar alfabetización en inteligencia artificial, las empresas quieren ver cómo una persona es capaz de vincular la IA con resultados concretos. ¿Podés interpretar el resultado de una herramienta y detectar qué sirve y qué no? ¿Podés identificar lo que falta? ¿Sos capaz de explicarlo a un colega que no tiene tu misma formación? Tener experiencia con una herramienta no es lo mismo que dominarla. Las organizaciones buscan empleados que entiendan esa diferencia y sepan que la inteligencia artificial vale tanto como las preguntas que se le hacen. Quieren a alguien que pueda ajustar lo que crea con IA para resolver un problema real, no solo mostrar que usó una herramienta sin generar impacto.
Incluir la alfabetización en inteligencia artificial en el currículum puede llamar la atención al principio. Pero las empresas quieren algo más que una lista. Van a preguntar: ¿Cómo la aplicaste? ¿Cómo la usaste para resolver un problema? ¿Qué aprendiste cuando no funcionó? Las compañías que invierten fuerte en IA buscan personas que combinen la tecnología con buen criterio para tomar decisiones. Eso implica sentirse cómodo ante situaciones poco claras, saber qué preguntar y cuándo hace falta intervenir con una mirada humana.
Conviene pensar en términos de características y beneficios. Una característica es saber usar una herramienta de inteligencia artificial. Un beneficio es haberla utilizado para ahorrar 20 horas semanales, lo que redujo costos y liberó recursos. En lugar de escribir "Competente en ChatGPT", un ejemplo más convincente sería: "Usé análisis de IA para reducir el tiempo de elaboración de informes en un 30%, lo que permitió al equipo directivo tomar decisiones presupuestarias con mayor rapidez". Los responsables de contratación quieren ver resultados. Sin beneficios concretos, saber usar inteligencia artificial no alcanza para conseguir un trabajo.
La mejor forma de demostrar conocimientos en inteligencia artificial es contando historias. Mostrá un ejemplo concreto de cómo la usaste para mejorar tu trabajo. Tal vez escribiste un informe más rápido, pero lo que realmente importa es cómo detectaste qué podía mejorarse, señalaste los problemas en el resultado y aplicaste cambios que elevaron la calidad del producto final. Los empleadores prestan atención cuando un candidato explica el proceso de pensamiento, no solo el resultado. Eso demuestra que entendés cómo la IA se vincula con los objetivos reales de las organizaciones: resolver problemas, potenciar el trabajo en equipo e impulsar la innovación.
Cada vez más organizaciones reconocen que las cualidades humanas son clave para que la inteligencia artificial sea realmente útil. La inteligencia emocional es fundamental cuando los resultados pueden provocar reacciones fuertes. Una persona puede presentar hallazgos delicados con empatía y cuidado, algo que una herramienta no puede hacer por sí sola. La forma en que se comunica la información mejora con supervisión humana.
La curiosidad también cumple un rol importante al replantear los problemas desde otras perspectivas. La IA no siempre sabe qué preguntas hacer ni hacia dónde orientar el análisis. Las personas aportan el contexto y la mirada crítica para guiar ese proceso. Estas habilidades evitan que la inteligencia artificial se vea como una simple calculadora. Cuando se combinan con conocimientos sólidos en IA, permiten que los empleados tengan un impacto real en los resultados, más allá de solo generar contenido.
El desafío de la alfabetización en inteligencia artificial es que su objetivo cambia todo el tiempo. Las herramientas evolucionan rápido, y lo que hoy parece actual, mañana puede quedar viejo. Los empleadores lo saben, por eso observan cómo cada candidato encara el aprendizaje. Una certificación, por sí sola, dice poco. Lo que realmente cuenta es la curiosidad, la capacidad de adaptación y la voluntad de seguir investigando. Las personas que se mantienen al tanto de las novedades, prueban distintas utilidades y ajustan su forma de trabajo demuestran que pueden adaptarse a lo que venga. La alfabetización en IA no se trata solo de habilidades. También implica una actitud activa frente al aprendizaje.
La inteligencia artificial puede generar información, pero hace falta criterio humano para decidir qué es relevante y cómo debe usarse. Las empresas buscan candidatos que entiendan que la alfabetización en IA también requiere buen juicio. Eso implica saber cuándo un resultado plantea dilemas éticos, detectar sesgos en los datos y manejar información sensible con respeto hacia la audiencia. Compartir ejemplos donde cuestionaste un resultado, encontraste errores o pediste la revisión de un colega muestra que asumís la responsabilidad por lo que producís. Los empleadores quieren personas que usen la inteligencia artificial de forma eficiente, pero que también piensen con cuidado en el impacto del contenido que generan.
Las empresas no evalúan la alfabetización en inteligencia artificial de la misma manera para todos los puestos. En niveles iniciales, buscan personas que usen herramientas para cumplir tareas cotidianas con precisión y eficiencia. En cambio, para cargos de liderazgo intermedio, lo que importa es cómo los gerentes ayudan a sus equipos a aplicar la IA de forma coherente, sin perder de vista los estándares de calidad de la empresa. En el caso de los ejecutivos, el foco está puesto en la estrategia. Se espera que puedan vincular la inteligencia artificial con la visión a largo plazo de la organización, decidir dónde invertir y cómo preparar al equipo para lo que viene. Los candidatos que entienden estas diferencias y comparten ejemplos acordes al nivel del puesto que buscan demuestran que están preparados para asumir el desafío.
La alfabetización en inteligencia artificial importa, pero las empresas quieren más que dominio técnico. Buscan personas con curiosidad, criterio, flexibilidad y buen juicio. Saber usar IA puede hacer que un currículum llame la atención, pero lo que realmente abre la puerta a un puesto es mostrar cómo se genera valor con esa tecnología. El futuro del trabajo dependerá de quienes cuestionen los resultados, apliquen sus conocimientos y orienten la tecnología hacia objetivos concretos. Los candidatos que puedan dar ejemplos propios de eso serán los que sigan avanzando.
*Con información de Forbes US.