Enry Kwan estaba en el sitio web de LinkedIn, cerca de las 19 de un martes del mes pasado, cuando leyó un mensaje de la inversora Beth Turner que le pedía una reunión. Antes del cierre del día siguiente, Turner ya había emitido un cheque por US$ 250.000 para Icarus, la startup de drones autónomos de Kwan, con sede en El Segundo, California. Un par de semanas más tarde, la empresa cerró su primera gran ronda de financiación, en gran parte por el acompañamiento de Turner y por las conexiones que generó con otros inversores.
Actuar con rapidez, invertir con convicción y generar conexiones clave son elementos centrales en la estrategia de Beth Turner. Esa dinámica explica, en parte, por qué la exsocia gerente de la firma de capital de riesgo SV Angel confía en que dar el salto en solitario le permitirá construir una compañía duradera y, según ella, "generacional".
El jueves, Turner anunció el lanzamiento de Valkyrie, su fondo personal de US$ 45 millones, orientado a invertir en desarrollos de inteligencia artificial, infraestructura vinculada a IA e industrias estratégicas como la energía nuclear o la red eléctrica. Lo hará a través de cheques en etapa inicial, como el que ya destinó a Icarus.
El fondo se cerró en mayo, tras solo cinco semanas de levantar capital, y cuenta con aportes del fundador de SV Angel, Ron Conway; el cofundador de Block, Jack Dorsey; el inversor Marc Andreessen; y Diane Greene, cofundadora de VMware.

A través de Valkyrie —nombre que tomó de las guerreras de la mitología nórdica—, Turner planea apostar por unas 80 empresas en los próximos dos años. Desde mayo, ya respaldó a unas 20, entre ellas Icarus, la startup de software de ventas ACRONYM, la firma de inteligencia artificial Periodic Labs y una compañía de seguridad para centros de datos que todavía opera de forma reservada. La mayoría de las inversiones de Valkyrie, incluyendo empresas de sistemas energéticos, robótica y fabricación de chips, aún se mantienen en modo oculto, por lo que Turner no puede hablar de ellas públicamente, según explicó.
"Quiero que Valkyrie sea uno de los fondos más confiables, con mayor convicción y mejor reputación del ecosistema", afirma Turner. Aclara que, por supuesto, también apunta a una rentabilidad alta, en el decil superior de los fondos. "Quiero que los fundadores me recomienden a sus amigos... y ser su primera opción tanto cuando las cosas van bien como cuando van mal".
Turner, de 37 años, integra una nueva camada de socios de capital de riesgo que dejaron firmas consolidadas para sumarse a fondos emergentes o crear los propios. Así se va formando una nueva generación dentro del ecosistema inversor. "Hay algo realmente visceral en el aire", asegura. La inteligencia artificial está transformando el mundo, se crean empresas con una velocidad inédita y disciplinas que antes funcionaban por separado, ahora convergen. Turner cree que estamos ante un punto de inflexión y busca estar bien posicionada para aprovecharlo.
Urner siempre quiso fundar su propia empresa. Viene de una familia con espíritu emprendedor. Su padre trabajaba en plataformas petroleras en alta mar, pero se desvinculó y creó su propia compañía de petróleo y gas cuando ella cursaba tercer grado. Su hermano, Nat Turner, cofundó varias empresas unicornio, entre ellas Flatiron Health. Su esposo y su madre también fundaron compañías.
De chica, Turner soñaba con ser astronauta y música, y su camino hacia el mundo emprendedor no fue directo. Empezó a actuar y cantar desde muy joven: interpretó el himno nacional en partidos de la NBA y la NFL, y actuó en la Gran Ópera de Houston durante su infancia y adolescencia. Sin embargo, usó su primer sueldo para comprarse un telescopio. Esa pasión por la astronomía derivó en un proyecto para una feria de ciencias que la llevó al MIT, donde más tarde se recibió como ingeniera civil y ambiental.
Después de graduarse, trabajó durante algunos años en una ONG con sede en Nairobi, Kenia. En 2017, se incorporó a SV Angel. SV Angel es conocida por invertir en empresas en etapa inicial con cheques pequeños, muchas veces incluso antes del lanzamiento de un producto. La apuesta es entrar desde el comienzo y acompañar como socio estratégico, sin buscar lugares en el directorio ni liderar rondas de inversión. Es una estrategia que demostró funcionar.
Allí, Turner analizó miles de propuestas y gestionó las inversiones de la firma, sumadas a las que realizó por cuenta propia, en más de 40 startups que se transformaron en unicornios. Entre ellas se destacan ElevenLabs y Flock Safety.
En Valkyrie, Turner sigue un modelo de inversión similar al que aplicó en SV Angel, aunque ser la única socia le da la posibilidad de destacarse por mérito propio. Así lo explicó David Tisch, socio de BoxGroup y uno de sus coinversores más frecuentes: "Desarrolló la confianza, la independencia y la red de contactos suficientes para lograrlo... y en un mercado donde gran parte del dinero se concentra en firmas ya existentes de mayor tamaño, poder lanzar un nuevo fondo con tanta eficiencia demuestra la convicción de todos de que está aquí para construir algo a largo plazo y exitoso".
Tisch y Turner definieron su estrategia como una especie de "Suiza de los fondos", sin buscar el control ni evitar inversiones en compañías que podrían competir entre sí. Más que "participar en un mercado de capital riesgo", sus revisiones pequeñas, tempranas y frecuentes les permiten colaborar con todos.
Para fundadores como Kwan, Turner busca ser clave a la hora de conectarlos con inversores, posibles clientes o aliados en el sector público que puedan ayudar a llevar sus compañías al próximo nivel. "Ella nos ayudó a reunir a la mayoría de nuestra base de inversores... y me ayudó a entender qué esperar como fundador primerizo", señaló Ben Biran, fundador y director ejecutivo de ACRONYM, una de las empresas en la cartera de Valkyrie.
Aunque Turner deja espacio para que Valkyrie y las empresas en las que invierte crezcan, se siente totalmente cómoda, siendo la única socia del fondo. Una de las claves es que no lidera rondas de financiación, lo que le permite seguir trabajando de cerca con SV Angel, BoxGroup y otros inversores. La diferencia es que ahora lo hace desde compañías distintas.
Pero, sobre todo, el hecho de operar en solitario le da agilidad y la libera de trabas, algo que para ella resulta fundamental. Según explica, "se puede actuar con gran rapidez para construir un fondo en esta nueva era".
Con información de Forbes US.